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Meraki, el grupo solidario que motiva al barrio 17 de Agosto


Desde 2018, la ONG hace base en el club del barrio y trabaja junto a los jóvenes de la zona. Ahora lanzaron una campaña de colecta de útiles

Desde 2018, la ONG hace base en el club del barrio y trabaja junto a los jóvenes de la zona. Ahora lanzaron una campaña de colecta de útiles

Por Gonzalo Santamaría

En la zona sur de Rosario existe un barrio que es iluminado por el casino de la ciudad. El 17 de Agosto suele tener presencia en la sección de policiales en los diarios, pero un grupo llegó a caminar las calles para darle otro tinte a la realidad de los vecinos.

La Asociación Civil Meraki trabaja desde hace dos años en el barrio, que limita entre los bulevares Oroño y Batlle y Ordoñez, España y Avenida Circunvalación. Allí, más de 20 chicos de entre 16 y 26 años, estudiantes y trabajadores, se acercan con el único propósito de ayudar al otro.

Foto: Meraki ONG

Con base en el club, llamado de la misma forma que el barrio, todos los miércoles el grupo lleva la copa de leche para los chicos de la zona. En cuatro meses que comenzaron con esta actividad ya suman 150 asistentes.

Ahora, Meraki lanzó “Dibujando Sonrisas”, una colecta de útiles, mochilas y guardapolvos, nuevos o usados y en buen estado, para los chicos que se acercan y comienzan el ciclo lectivo en marzo del 2020. Las donaciones se podrán hacer en el mismo club los miércoles desde las 15 horas o coordinar por Facebook e Instagram para la entrega.

CLG dialogó con tres integrantes del grupo para conocer el trabajo que realizan en la zona sur y la realidad con la que se encontraron en el 17 de Agosto.

Brenda Suárez Pavia, quién maneja las redes de la ONG y fue la impulsora de la campaña, aclaró que la colecta será hasta una semana antes del comienzo de las clases, que empiezan el 2 de marzo.

En este sentido, manifestó que el objetivo, de la colecta y del trabajo de Meraki: “Es contener socialmente a adolescente, pre adolescente y adultos jóvenes”.

Junto a ella se encontraban Noelia Mastrizzo y Betsabé Campidelli, presidenta y vicepresidenta de la ONG, respectivamente.

Mastrizzo explicó que el grupo venía trabajando y viendo la necesidades gracias a una compañera del grupo, Magalí, vecina del barrio, quién estaban decidida a ayudar a que creciera y así evitar que los chicos caigan en la delincuencia o las manos de la droga.

“Como nosotros siempre tuvimos ganas de ayudar, nos organizamos y ayudamos para que el barrio progrese”, dijo Noelia.

Foto: Meraki ONG

Además de la colecta de útiles, reciben permanentemente donaciones de ropa. “Hacemos el famoso roperito”, contó Mastrizzo, ya sea con «ropa para chicos o grandes», ya que mientras los menores están recibiendo la copa de leche los adultos se proveen de las donaciones.

El objeto principal de la ONG es luchar por los niños y mujeres en estado de vulnerabilidad”, expuso la presidenta.

Con el propósito sobre la mesa, Noelia fue clara: “Comprendemos que para que esas cosas sucedan hay que trabajar con toda la sociedad, no sólo con esos dos sectores”.

Por su parte Betsabé, añadió: “La idea es llegar a ellos desde lo emocional, estamos en campaña de conseguir una psicóloga porque lo necesitan eso y queremos darle esa ayuda”. La necesidad de este tipo de profesionales es fundamental para el grupo solidario ya que, a pesar de contar con ciertas herramientas, “muchas veces estamos limitados y algunas cosas nos exceden”, contempló la vicepresidenta.

El nombre de la Asociación Civil es explícito: Meraki, una palabra griega que tiene como significado el «hacer algo con amor y creatividad poniendo el alma en ello».

Foto: Meraki ONG

La idea de la copa de leche nació luego de dos años de trabajar en el 17 de Agosto y con el propósito de atacar la desnutrición para que esto “no opaque su crecimiento”, exclamaron las mujeres.

Brenda fue la última en sumarse al grupo y describió que ni bien hizo sus primeros pasos en la zona sur, notó la falta de contención que mostraban los chicos. Noelia lo explicó detalladamente: “Vimos mucha soledad por parte de los chicos, las familias que están presentes tienen con pocos recursos”.

En dos años en el barrio han visto situaciones de todo tipo, desde violencia intrafamiliar, hasta historias que recrudecen la realidad de uno de los barrios de la periferia de Rosario. “Es moneda corriente”, disparó Campidelli.

“Ellos están expuestos a la mirada marginal de la gente que vive afuera del barrio. Hemos organizados salidas con ellos y te dicen que sienten la mirada”, reveló Noelia Mastrizzo y rápidamente Suárez Pavia, reaccionó: “Los chicos saben todo de los hechos de violencia y buscan la contención de alguien, es lo único que necesitan”.

“Ves una noticia y te da miedo -se explayó Betsabé Campidelli- pero son muy humanos, bondadosos, sienten mucho amor y tienen ganas de ayudar, lamentablemente en una noticia vez otra cosa”.

Ante esto, Mastrizzo, quien por sus estudios en periodismo ayuda a mejorar la comunicación entre los chicos, se sumó: “Los de afuera piensan que son igual que toda esta gente, pero los chicos nos reciben con los brazos abiertos y desde el primer día nos abrieron la puerta de su casa”.

Foto: Meraki ONG

Los integrantes de Meraki cuando llegan al barrio, caminan como en su casa: son bien recibidos y sienten la felicidad al pisar el club. “Ellos quieren que la institución crezca para que no nos vayamos”, dijo la presidenta de la ONG que también reveló que están buscando un lugar físico donde poder asentar al grupo.

El 11 de diciembre de 2019, y luego de un año luchando contra la burocracia, recibieron la aprobación legal como ONG, el grupo lo toma como el cumpleaños y a partir de allí comenzaron a trabajar de otra manera.

En estos dos años de labor barrial, el grupo logró la reinserción escolar de varios asistentes, además de incentivar la educación universitaria y terciaria. “Hubo un caso puntual que cambió y lo convencimos de que podía realizar los sueños que él mismo planteaba, pero se contradecían con su forma de actuar, y ahora me manda las notas en biología o matemática”, relató Noelia con una sonrisa en su rostro, demostrando la emoción que le genera ser parte de Meraki.

Me llena el alma, después pasa por la conciencia social y ayudar a que los dejen de ver como gente que se merece y quiere estar así”, explicó la presidenta de la ONG. En este momento interrumpió Brenda que no dudó: “Es empatía” y sin dejar pasar un momento afirmó: “Es gratificante ver todos los progresos que logramos nosotros siendo nada, porque hay mucha gente con muchos cargos, plata y recursos y que pueden hacer, pero no lo hacen”.

La Asociación Civil Meraki desde 2018 intenta transformar la realidad de un barrio que sólo necesita motivación. La misma que le propone el grupo, que los vecinos ya adaptaron la impronta y lo toman como un equipo, en el cual adolescentes que tienen necesidades, como reconocieron las chicas, trabajan para los niños que saben que ocupan un peor lugar en uno de los barrios que se reconoce por los policiales y no por las buenas noticias.