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Menopausia: prácticas saludables para resignificar una etapa clave en la vida de las mujeres


Gran parte de cómo transitamos la menopausia depende de hábitos conscientes que incorporemos a la rutina diaria

Durante mucho tiempo, la menopausia fue un tema tabú. Quizás por los síntomas, tan diferentes en cada una y tan “temidos”, es que se ha demonizado a esta etapa de transición tan natural en la vida adulta de todas las mujeres.

Hace poco descubrí algo que me parece inspirador: en la cultura japonesa, se adopta el término Konenki –que refiere al cambio– para hablar de la menopausia con una connotación positiva. Desde esta perspectiva, este periodo no se vive como el fin de la juventud sino como el inicio de una nueva etapa de empoderamiento y renovación. Una mirada diferente que ayuda a las mujeres a transitar por estos cambios con más seguridad y confianza.

Cambios y síntomas frecuentes

En la menopausia disminuyen los estrógenos y la progesterona, hormonas que influyen en el metabolismo y pueden provocar aumento de peso y pérdida de masa muscular. A esto se suman síntomas como sofocos, insomnio, cansancio, transpiración nocturna y sequedad vaginal. Estos cambios hormonales también pueden traer alteraciones en el humor: irritabilidad, ansiedad y hasta atracones con la comida.

Un cambio de perspectiva

Si bien estos cambios pueden resultar desafiantes, la buena noticia es que hay mucho que podemos hacer para recuperar la energía y el bienestar: gran parte de cómo transitamos la menopausia depende de hábitos conscientes que incorporemos a la rutina diaria.

5 prácticas saludables para esta etapa

  • Consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D: lácteos fortificados, quesos duros, pescados de mar como salmón, sardina y caballa.
  • Variedad de frutas y verduras: un plato “arcoiris” con vegetales de distintos colores y al menos tres frutas por día (una cítrica).
  • Tomar agua: mínimo 2 litros diarios. Evitar gaseosas, exceso de café y alcohol.
  • Actividad física y sol: ejercicios de musculación combinados con yoga, pilates o meditación.
  • Descanso: incorporar magnesio, evitar pantallas antes de dormir y crear una rutina para mejorar la calidad del sueño.

La clave está en sumar, no en restringir

La organización es fundamental: planificar compras y un menú semanal variado que incluya proteínas, vegetales de distintos colores, legumbres, semillas, lácteos y frutas. Evitar las restricciones y enfocarnos en sumar lo que nos hace bien ayuda a no caer en atracones ni frustraciones.

Por Claudia Sempé, Lic. en Nutrición.*

Desde 1991 dirige su consultorio en Buenos Aires y fundó Cooking Service, un servicio de menús personalizados diseñados por nutricionistas y chefs.