La intendencia de la ciudad de Mendoza presentó un proyecto para erradicar los «trapitos», mediante la capacitación de quienes trabajan cuidando autos para que sean incluidos en puestos de trabajo formales en el sector privado.
La propuesta, presentada este martes por el intendente Rodolfo Suárez, tiene un doble fin: por un lado, modificar el Código de Convivencia de Capital para tipificar esa conducta considerada indebida de cobrar o exigir dinero a cambio de cuidar los autos que los vecinos estacionan en las calles donde el municipio no cobra y, por otro, acompañar la iniciativa con un plan de reinserción laboral.
«Yo les pedí a los concejales una pronta sanción de esta ordenanza para empezar de inmediato estas acciones. Nadie podrá cobrar en aquellos lugares en los que el Estado no cobra, porque la vía pública no es de nadie, sino que es de todos, nadie puede apropiarse y mucho menos de manera extorsiva», expresó Suarez.
Para evitar que los trapitos sigan trabajando en distintas zonas del municipio se instruyó a los preventores para solicitar el apoyo de la policía y realizar la denuncia penal, en el caso de una cohersión, o contravencional, si es una falta.
Además, publica el Diario UNO, el intendente volvió a pedirles a los ciudadanos que ante una situación así ellos también realicen la denuncia.
«Muchas personas dejan su auto estacionado, un vehículo que a lo mejor compraron con mucho sacrificio, y no pueden dejarlo tranquilos porque sufren amenazas de que se los dañarán», enfatizó.
Dentro de la modificación del Código de Convivencia se establecerán las sanciones para las personas que sigan trabajando de trapito, y las mismas son el decomiso para los que usen vestimenta similar a los tarjeteros que trabajan dentro del sistema municipal, la multa, que en primera instancia ronda las 1.000 unidades tributarias (es decir, unos 600 pesos) y el desalojo de la vía pública.
Además, para controlar la situación se incrementarán los controles en la calle, sobre todo en la zona de Arístides Villanueva, Juan B. Justo y en el barrio Bombal, sectores donde también se ampliará el estacionamiento medido.
Un estudio hecho por la Ciudad arrojó que los trapitos son aproximadamente unos 300 jóvenes, muy pocos de ellos radicados en la Capital, y que el número se modifica solamente cuando hay eventos importantes.
Por ese motivo, Suarez aseguró que están trabajando junto con el resto de las comunas del área metropolitana para extender la medida y con el Gobierno provincial, que prevé modificar el Código de Faltas.
Una vez sancionada la nueva ordenanza, se empezarán a buscar las conexiones con las empresas privadas que puedan brindarles trabajo a los trapitos.
«Aún no cerramos acuerdos, pero estoy gratamente sorprendido porque muchos empresarios se comunicaron conmigo, sobre todo los de la construcción, que me dijeron que no encuentran personas calificadas con las condiciones mínimas. Por ese motivo, junto con la UNCuyo les daremos la capacitación y las instrucciones para cumplir con esos requerimientos básicos», dijo el jefe comunal.