Sin categoría

En Argentina

Médicos se entrenan con simuladores para realizar procedimientos por cateterismo


Futuros cardioangiólogos se entrenan utilizando equipos de biosimulación virtual de última generación que emulan situaciones reales que se producen durante todo tipo de estudios vasculares diagnósticos y terapéuticos.

La preparación, a cargo del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI), incluye entrenamiento para tomar decisiones que van desde la elección de la vía de acceso, de los catéteres o stents a emplear hasta la cantidad y el tiempo de irradiación a utilizar en el procedimiento.

Durante la práctica virtual el alumno se enfrenta a situaciones simuladas que debe enfrentar y resolver de inmediato, como por ejemplo: cambios en los parámetros vitales o aparición de síntomas y signos como dolores o sangrados excesivos que requieren una actuación acertada inmediata.

Muchos se sorprendieron al ver al cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger, bailando y cantando en los escenarios a pocos días de haber atravesado el reemplazo de su válvula aórtica: la clave estuvo en que esta intervención, que hasta hace poco tiempo se hacía mediante una cirugía a corazón abierto, actualmente se puede efectuar mediante un procedimiento mínimamente invasivo conocido como «Implante de Válvula Aórtica por Vía Percutánea» (TAVI, por sus siglas en inglés), que consiste en reemplazar la válvula dañada por una nueva a través de un catéter que se introduce por una arteria de la ingle o de la muñeca.

Si bien es una intervención que dura unas dos horas y en la que luego el paciente suele ser dado de alta a las 72 horas, al igual que en otro tipo de prácticas necesita de un equipo profesional bien entrenado, liderado por un cardioangiólogo intervencionista que deberá tomar decisiones.
Por esa razón, en la sede de CACI preparan a través de cursos de posgrado a los futuros profesionales, mediante la práctica con equipos de biosimulación virtual de última generación que emulan situaciones reales que se producen durante los procedimientos.
El doctor Alejandro Goldsmit, médico especialista en Cardioangiología Intervencionista y miembro de la Comisión de Docencia del CACI aseguró que el sistema es similar al que se utiliza con los simuladores para entrenar a los pilotos de avión.

«Es un sistema similar al de los simuladores que se utilizan para entrenar a los pilotos de avión, en este caso el médico maneja vidas y hay que estar muy bien preparado, por eso se lleva a cabo un entrenamiento en biosimuladores para estar bien entrenado para la atención de una persona», expresó.

Especialistas en el tema explicaron que hay situaciones que son impredecibles e inherentes a las intervenciones, pero gracias al entrenamiento de los profesionales, estadísticamente los procedimientos de diagnóstico por cateterismo presentan solo un 0,5% de efectos adversos no mayores, mientras que para la angioplastia coronaria y en los reemplazos de válvulas el porcentaje oscila entre el 1 y el 2 por ciento.

El Director de la Carrera de Especialista en Hemodinamia, Angiografía General y Cardioangiología Intervencionista UBA-CACI, Alejandro Cherro, destacó a NA el hecho «clave» de que los médicos lleguen bien entrenados a efectuar una intervención en la vida real mediante «la práctica con simuladores» para que «presenten las situaciones mas complicadas».

Además, manifestó que hay situaciones que deben ser previstas, por lo cual el cardioangiólogo intervencionista tiene que «estar entrenado»: «Una de ellas es la elección de la vía de acceso que puede ser la arteria femoral en la ingle o radial en la muñeca».

«También hay que elegir el catéter o stent que se va a emplear además de la cantidad y el tiempo razonables de irradiación utilizado en cada técnica», añadió, a la vez que dijo que se debe tener «el ejercicio de enfrentar diferentes situaciones».

Entre otras situaciones, el especialista señaló a «la disminución de la presión arterial del paciente, el reporte de dolor, si hay sangrado excesivo o la, rotura de una vena o arteria».

Durante el procedimiento, el profesional debe utilizar adecuadamente los dispositivos quirúrgicos endovasculares y la cantidad indicada de líquido de contraste para no generar problemas renales.

La cardioangiología intervencionista es una especialidad relativamente nueva, con poco más de 40 años, y se nutre de tecnologías que están en continuo avance.

«Uno de los principales desafíos inmediatos es el perfeccionamiento de las técnicas percutáneas de las enfermedades de las válvulas cardíacas, ya sea el reemplazo de la válvula aórtica o de las válvulas mitral, pulmonar y tricúspide, procedimientos que hasta hace muy poco se realizaban en operaciones a `corazón abierto´ y que hoy se llevan a cabo con gran éxito mediante cateterismo», señaló, el subdirector de la
Carrera de Médico Especialista en Hemodinamia, Angiografía General y Cardioangiología Intervencionista UBA-CACI, Juan Francisco Arellano.

En tanto, el presidente del CACI, Aníbal Damonte, indicó que en la actualidad la institución otorga junto a la UBA la certificación como cardióangiólogo intervencionista, «que se obtiene al cabo de tres años».

Hasta el momento hay entrenados más de 300 especialistas de toda la Argentina y también de países como Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y República Dominicana, entre otros.