Ser jubilado, un riesgo: dejan medicamentos para poder afrontar la comida de todos los días. CLG dialogó con Ernesto Sosa, representante de la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Rosario
Ser jubilado en Argentina es más un castigo que un reconocimiento por una vida trabajo. A lo largo de la historia, distintos gobiernos encontraron en ellos un sector al cual recurrir en tiempos de crisis. No realizan paros ni cortan rutas. Tampoco tienen poder político. Y en medio de la crisis actual, no fueron incluidos en las medidas de emergencia anunciadas con bombos y platillos por el gobierno nacional, en un contexto político que los excluye.
Según confirmaron a este medio fuentes de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), el sistema previsional incluye 6 millones 900 mil jubilaciones y pensiones, más un millón y medio de pensiones no contributivas y pensiones universales para adultos mayores, de los cuales casi 5 millones cobran haberes mínimos y medios que no llegan a cubrir los 35.000 pesos de la canasta básica.
“Hoy el jubilado deja remedios para comer todos los días. Debe elegir de qué manera morir. Cuando tienen que comprar cinco medicamentos mira los valores de cada uno, compra los más económicos y dejan otros que necesitan porque no les alcanza para comer. Somos uno de los sectores más débiles junto con los niños y necesitamos el apoyo de los activos porque ellos tendrán los mismos problemas cuando les toque jubilarse”, expresó a CLG Ernesto Sosa, representante de la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Rosario.
“La salud es el mejor ejemplo de la desprotección. Hoy los afiliados al Programa de Atención Médica Integral (Pami) peregrinan con sus problemas a cuesta sin saber si serán atendidos y tiene una nueva política de asignación de medicamentos que los encareció e impidió que muchas personas accedan a esos remedios”, agregó Sosa.
De medicamentos y bastones
Según un informe del Centro de Estudios políticos para Personas Mayores y el Centro de Política Económica Argentina (Cepa), en los últimos cuatro años el aumento del precio de los medicamentos quedó cerca de duplicar el incremento de los haberes jubilatorios.
«El aumento de medicamentos esenciales utilizados para enfermedades cardiovasculares han visto un ascenso sideral como el Sintrom con un aumento de precio de 1.050% y 418% en caso de cobertura Pami, o el Atenolol que aumentó un 831% de incremento en el PVP y un 498% de aumento del PAP», describió el estudio.
Se detalla que la jubilación mínima en septiembre alcanzó los 12.937 pesos, lo que implica un aumento de 239% entre mayo de 2015 y ese mes, mientras que la inflación de los medicamentos en el mismo período ascendió al 393%, e incluso con la cobertura de Pami el aumento llegó a 247 por ciento.
Para poder hacer frente a esos gastos, muchos de ellos se apoyan económicamente en familiares, como si fueran su bastón. “Todos los gobiernos especulan con que alguien nos va a dar una mano. Ven que nos desvanecemos y esperan que venga alguien de nuestra familia a ayudarnos. Cuando no tenemos para comer aparecen familiares y amigos que colaboran, son nuestro bastón”, explicó Sosa.
“Si digo que cobramos de mínima 13 mil pesos no hay más nada para agregar. Mientras más te acercas a las grandes urbes aumenta a desprotección. Dicen que los trabajadores pueden parar, nosotros no podemos y por eso paramos, pero de vivir”, sentenció.
Protestas por el Día del Jubilado
“Mi viejo me decía que al que baja los brazos le llenan la cara de dedos”, alentó Sosa con el objetivo de invitar a que más personas se sumen a las protestas que llevarán adelante este viernes organizaciones vinculadas a la defensa de los derechos de los adultos mayores.
En el marco del Día del Jubilado que se celebra este 20 de septiembre, los manifestantes se concentrarán desde las 10.30 en la delegación 9na del Pami (San Lorenzo al 900) y luego marcharán hasta la Anses de Sarmiento y Rioja.
“Pedimos un aumento de emergencia, decretar la intangibilidad del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) para que dejen de meter la mano, la actualización del haber mínimo mensual al nivel la canasta básica para un adulto mayor y la restitución urgente del 82% que fue derogado por Menem y nunca nos reintegraron, a pesar de fallos judiciales que obligan a su devolución”, cerró.