Se trata de los profesionales que acudieron a la casa del cantante. Al declarar ante la Justicia ratificaron que amenazaba a los presentes con una cuchilla
La médica y el enfermero que acudieron a la casa de Santiago «Chano» Charpentier la noche en que el músico fue baleado por un policía en Exaltación de la Cruz, ratificaron hoy ante la Justicia que el músico estuvo muy «agresivo» y «violento», que amenazaba a los presentes con una «cuchilla» y que, de acuerdo al psiquiatra, el paciente sufría un «brote psicótico».
Por su parte, el exlíder de Tan Biónica aún no se encuentra en condiciones de declarar ante el fiscal Martín Zocca, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 del Departamento Judicial Zárate-Campana, ya que, según su médico tratante, atraviesa un estado de «labilidad», informaron a Télam fuentes judiciales.
En tanto, la médica Emily Torrico Céspedes, de nacionalidad boliviana, fue una de las testigos que declaró esta tarde ante el fiscal de la causa y ratificó la totalidad de su primera declaración ante la policía.
Respecto del hecho ocurrido la noche del 25 de julio último en una vivienda del músico en Exaltación de la Cruz, la mujer contó que al llegar a la casa de Chano (39) fue a hablar con el psiquiatra y que éste le dijo que «el paciente estaba con un brote psicótico y que los había intentado acuchillar a él y a la madre dentro del domicilio».
El psiquiatra también le dijo que el paciente «posiblemente haya consumido drogas y alcohol, particularmente marihuana», y les indicaba a los policías cómo tenían que «reducir» a Chano mientras ella preparaba una medicación para bajarle la ansiedad.
«La madre (del músico), sin consultar, ingresó intempestivamente a la casa por su cuenta, por la puerta pequeña de ingreso. Ella lo descontroló todo», afirmó la testigo en su declaración de hoy, a la que accedió Télam, y agregó que ante la entrada de la mujer la siguieron tres policías (una mujer y dos hombres), el psiquiatra y ella.
En ese momento vio al paciente fuera de la casa «portando en su mano derecha una cuchilla de unos treinta centímetros».
La testigo dijo que los dos policías hombres estaban «casi de frente» al paciente, que movía la cuchilla y comenzó a gritar «los voy a matar, les voy a cortar la yugular».
La médica indicó que cómo no sabía hacia quien iba a correr primero Chano, ella corrió hacia la puerta para salir del predio porque se «asustó mucho».
Al salir, advirtió que nadie más estaba dentro del predio y que su enfermero estaba en la ambulancia, y que el psiquiatra estaba casi detrás suyo porque también había salido corriendo cuando escuchó el disparo, aunque aclaró que no oyó gritos antes del mismo.
«Luego escuchó a la voz de la madre que decía que le había disparado a su hijo en el abdomen y pedía un médico», relató.
Entonces volvió a entrar y vio a Chano tirado en el suelo, junto a la mujer policía, que manifestaba «mucho dolor» y que no querían que «lo tocaran».
Sin embargo, ella lo revisó y constató que presentaba «una herida de arma de fuego con ingreso y egreso, y que no tenía hemorragia externa», por lo que lo asistió.
En ese momento, la testigo vio la cuchilla tirada en el piso y la reconoció en fotografías, y recordó que el paciente «estaba muy violento», por lo que fue dificultoso colocarle una vía en la ambulancia.
«El paciente no se quedaba quieto (…) Me insultó, me dijo hija de p…, que era una boluda y yo me enojé. Lo reté, me miró y dijo ‘disculpame’, se sentó en la camilla y se dejó poner la vía», detalló la testigo.
Además, dijo que el paciente «seguía discutiendo con la madre, le decía que tenía la culpa, que siempre tiene la culpa de todo, le reprochaba que había llamado a la ambulancia, a la policía».
«En un momento le dijo que era una hija de p…, le agarró el brazo y forcejearon con las manos, por lo que tuvieron que separarlos con la ayuda de la policía», abundó.
A su vez, declaró que la madre le dijo que su hijo había consumido marihuana y que tenía como antecedentes «psicosis canábica», que estaba haciendo un tratamiento en la casa y que el viernes había tenido una descompensación, por lo que llamaron a una ambulancia.
Por su parte, Juan Marcelo Giménez, el enfermero que estaba con la médica en la ambulancia, también ratificó hoy ante el fiscal la totalidad de su primera declaración realizada ante la Policía Federal.
Sobre el panorama que halló cuando llegó a la casa de Chano, declaró que el psiquiatra le dijo que el músico «estaba muy agresivo, con una cuchilla, y no dejaba entrar a nadie a la casa» y que «al que entraba, lo amenazaba».
Este médico le dijo que «la idea era entrar y que los policías lo reduzcan y aplicarle la medicación para llevarlo a la clínica, pero estaba con una cuchilla y era imposible hablar con él».
El enfermero dijo que él no pudo ver el momento del ingreso de los médicos y los policías ya que estaba en la ambulancia preparando la medicación, y que dentro de la casa se escuchaban gritos y el disparo, y luego la voz de la madre que decía: «Cómo le vas a disparar».
Este testigo manifestó que, tras el disparo, entró y vio a Chano tirado en el suelo «excitado» y «violento», y que decía: «No me lleven, no me saquen de acá».
A su vez, aclaró que no vio la cuchilla y que ya antes de iniciar el traslado del paciente, éste estaba «muy agresivo» con ellos y que a mitad del viaje la médica le pidió pasar a la madre del músico a la parte delantera de la ambulancia justamente por ese motivo.
Por último, el enfermero contó que al hablar con la madre ésta le dijo que su hijo había consumido «marihuana y pastillas» pero no cocaína, que «no consumía hacía bastantes meses».
Según la investigación, el disparo que hirió a Chano fue efectuado por el policía bonaerense Facundo Amendolara (27), quien está imputado de «lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego y por haber sido cometidas por un funcionario policial», delito que prevé 15 años de prisión.