Lleva 20 años de cumplimiento en Rosario. CLG dialogó con la abogada Julia Cardozo Villa, quien actualmente está a cargo de ese espacio como directora
Por Sofía Dalonse – EQC Noticias y CLG Noticias
Tras 20 años de aplicación, la mediación comunitaria se consolidó en Rosario como método para abordar problemas cotidianos entre vecinos, apuntando a la resolución de los mismos. Esta alternativa surgió en la ciudad mediante una iniciativa impulsada por la Municipalidad en el año 2002 que fue gestada por la abogada Julia Cardozo Villa, quien actualmente está a cargo de ese espacio como directora.
«Consideraba que era muy importante que pudiéramos encontrar formas de que los vecinos y vecinas de la ciudad pudieran solucionar sus problemas que, en general, son de índole privada; pero pensando en la idea de constituir una política pública municipal de mejorar la calidad de vida de los rosarinos, entendimos que era la forma adecuada de colaborar en ese sentido».
Según detalló, la iniciativa se inició cuando Rosario ya estaba descentralizada y había algunos distritos. En ese marco, le presentó la propuesta al Intendente, que en ese entonces era Binner, de hacer mediación gratuita para la gente. La dirección de mediación comenzó como un programa e iniciaron la tarea en cada uno de los distritos, a medida que se fueron inaugurando, y en la actualidad se implementa en los seis.
«Nos encontramos con un panorama muy interesante. Como la descentralización municipal tenía un acceso muy directo a su gobierno, ocurría que la gente iba por muchas cuestiones que no tenían que ver con un reclamo a la Municipalidad, sino que se trataba de problemas entre vecinos: la medianera, los residuos, árboles internos en los inmuebles, ruidos, problemas de construcción o de convivencia… un sinnúmero de problemáticas cotidianas», señaló la abogada.
Antes de que llegara la mediación comunitaria a la Municipalidad había un proveído ya armado que manifestaba a los ciudadanos que de tratarse de un problema de derecho privado debía recurrir a un abogado y a un tribunal. En ese contexto, impulsaron la iniciativa con la idea de «acercar a los vecinos a la Justicia» y tratar de que ellos pudieran «solucionar sus conflictos sin tener que recurrir a una denuncia penal», que generalmente no tiene sentido porque no se trata de delitos.
«Para nosotros fue un descubrimiento. Cuando empezaron a conocer esta posibilidad, las personas accedían gustosamente. Empezamos con una tarea de concientización, en principio de los agentes municipales para que ofrecieran la alternativa ante un reclamo de esa índole. Con el tiempo se fue ampliando y en la actualidad las personas vienen directamente a pedir una mediación», aseguró.
Al referirse al concepto de la práctica, la abogada señaló que consiste en la forma alternativa y pacífica de solucionar conflictos: «Se busca evitar el juicio donde siempre hay una parte que gana y otra que pierde; y teniendo en cuenta los costos económicos y emocionales que conlleva, sumado al tiempo que demora la Justicia y que los vínculos no se componen nunca más. Consideramos que esa es la última instancia de lograr la pretensión basada en un derecho; pensamos que previamente hay otras maneras».
Asimismo, aseguró que se trata de un procedimiento voluntario y está trabajada por un mediador/a, profesionales especializados que se capacitan para adquirir los conocimientos y practicas necesarias para llevarla a cabo.
También detalló que es informal, se puede hacer en un salón del municipio, en una vecinal, escuela o club. El mediador concurre al lugar y escucha a la persona que va por un conflicto. Se solicitan los datos de quien le ocasiona ese problema para posteriormente convocarlo por notificación municipal. Pueden presentarse distintas situaciones: que concurran ambas partes, que asista la persona que pidió la mediación y no la convocada, o viceversa. «Cuando concurren las dos partes as ahí donde realmente podemos trabajar», indicó.
Según explicó, antes de iniciar el procedimiento, se suscriben a un convenio de confidencialidad: «La posibilidad de que las cosas se solucionen es permitir que las personas hablen, puedan dialogar sin temor a que pueda ser usado algo en su contra en un eventual juicio; por eso se firma ese convenio. Nosotros debemos respetar el secreto profesional y no podemos hablar ni ser citados a un juicio como testigos».
Dentro del marco del procedimiento, se puede hacer una audiencia previa para hablar con los vecinos, conocer su historia y lo que les está pasando, y, cuando se considera oportuno, se los cita a una reunión conjunta: «Lo hacemos cuando vemos que las partes están dispuestas a dialogar en condiciones de hablar, sin atacarse ni agredirse», remarcó al respecto.
Sucede también que en esa audiencia única muchas veces no se puede encontrar la solución y hay que hacer consultas, pedir un presupuesto a un abogado. Hay instancias donde la mediación comunitaria no es necesaria y, en esos casos, brindan el asesoramiento necesario para que la persona sepa donde está parada y pueda encontrar la solución al conflicto. «Si tiene derecho o no a exigir lo que está exigiendo», señaló.
En el marco de la mediación se puede optar por un cuarto intermedio, hacer una nueva reunión, volver a realizar reuniones privadas con cada una de las partes o citar a una persona como perito para que haga una pericia de algún tema que está en discusión. En el último caso, lo tendrán que pagar los mediados porque eso no lo solventa la municipalidad.
Finalmente, se puede llegar o no a un acuerdo total o parcial. En este sentido, destacó: «La estadística nuestra es alta. Con la presencia de las dos partes consideramos que el porcentaje de resolución de conflictos es de un 80%».
Y añadió: «En este momento hasta el Ministerio Público de la Acusación nos deriva algunas cuestiones que se iniciaron como denuncia penal y no encontraron el delito».
Asimismo, aseguró que participan en innumerables conflictos que pueden incluir a pocas o muchas personas. No solamente tratan conflictos de vecinos entre dos personas o familias, sino que abordan también conflictos internos de clubes, con otras instituciones o con vecinos. Atienden cuestiones vinculadas a vecinales por problemas internos o externos. También, ocupaciones ilegales de inmuebles, donde tratan de lograr una salida de las personas que han invadido para evitar un juicio contra ellas.
Además de las mediaciones, realizan facilitaciones, otra alternativa para solucionar conflictos y ayudar a que las personas se entiendan.
Al concluir, manifestó: «La intervención de la Municipalidad en toda esta conflictología que se produce no solamente tiene que ver en lo que respecta a la violación de una ley, sino que muchas veces se trata de dos conductas permitidas que chocan, y ahí es donde participamos activamente tratando de consensuar para que puedan desarrollar esas conductas sin ocasionar molestias al otro».