Este sábado se inició el paro armado del grupo terrorista Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia. El mismo se extenderá hasta el próximo martes.
En las primeras horas del día se registraron dos ataques. El primero ocurrió a las 2:00 de la mañana tras una detonación de explosivos en el puente Simaña, ubicado en la vía La Mata – San Roque, kilómetro 5. Según las autoridades, no se presentaron lesionados ni afectación a vehículos que se movilizaban por el sitio.
También las autoridades confirmaron otra explosión a las 5:00 en el kilómetro 64, sobre una alcantarilla en la misma vía.
«Pedimos un poco de paciencia mientras se verifica la situación con el Ejército», manifestó el general Ramiro Castrillón, director de la policía de tránsito, en declaraciones recogidas por Caracol Radio.
El oficial agregó que en el lugar hay dos puentes: uno quedó inhabilitado y hay otro antiguo pero por ahora no se encuentra en funcionamiento.
En las últimas horas, a raíz del inicio del paro armado del ELN, el vicepresidente colombiano, Óscar Naranjo, afirmó que «el Gobierno no se inmovilizará» y que la Fuerza Pública está preparada para responder a cualquier ataque de la guerrilla.
«El Gobierno no se va a inmovilizar por el paro armado del ELN, pues la Fuerza Pública está preparada para responder a cualquier tipo de amenaza. Hacemos un llamado a las comunidades para que confíen en la institucionalidad y no se dejen intimidar por el llamado a ese paro«, dijo Naranjo en declaraciones recogidas por Caracol.
En otro orden, la ONU dijo que la guerrilla infringió el derecho internacional humanitario (DIH) al atacar estaciones policiales en el norte de Colombia a finales de enero, con saldo de ocho uniformados muertos y decenas de heridos.
El atentado de los rebeldes contra una estación en la ciudad de Barranquilla «implica una infracción al DIH y una violación de los derechos a la vida e integridad personal de las víctimas«, indicó en un comunicado la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Los policías muertos y heridos el 27 de enero «no estaban involucrados en hostilidades derivadas del conflicto armado interno«, y además estaban «en una zona lejana de donde se producen hostilidades y en un barrio donde hay presencia cercana de población civil«, señaló.
Por lo tanto, agregó, «no pueden ser considerados como combatientes, ni ser un blanco y gozan, junto con los civiles que resultaron heridos en este ataque, de la protección establecida en el marco del DIH».
El presidente Juan Manuel Santos congeló los diálogos de paz con el ELN, la última guerrilla reconocida por el gobierno, luego de los tres ataques.
El mandatario, que dejará el poder en agosto tras dos periodos de cuatro años, ordenó entonces a la fuerza pública actuar «con máxima determinación» contra el grupo.
FUENTE: Infobae