Espectáculos

#EntrevistaCLG

Mauricio Dayub: «En teatro hay que encender la imaginación del espectador»


 

Por Mario Luzuriaga

Mauricio Dayub es un hombre que respira teatro, es su lugar en el mundo, y en ese mundo él puede hacer equilibrio con sus espectáculos.

El próximo 21 de septiembre llegará a Rosario con su unipersonal llamado «El equilibrista». Una obra tan íntima y personal, en la que Dayub despliega su talento y hace un homenaje a su propia vida.

El actor estuvo en Rosario en la previa a su presentación y charló con CLG acerca de esta propuesta.

—Llegás a con una obra muy personal y desequilibrante.

—Sí, me la jugué en contra de lo que se venía diciendo, que el espectador solo adhiere a las obras que lo hacen divertir o entretenerse. Por ese motivo, con este espectáculo, me estaba regalando una historia que quería contar. Pero la inmediata atracción con el público durante las primeras funciones y que luego hacíamos muchas más, me hizo pensar que aspiramos poco para la gente. Que estamos achicando nuestro deseo, que nos acomodamos en la incomodidad y que en vez de divertirnos de la realidad y olvidarla, creo que nos está empezando hacer bien vernos a nosotros mismos.

—¿Es un espectáculo reflexivo?

—Exactamente, pero no soslaya los grandes temas. Es un espectáculo que habla de la juventud, pero también habla de la finitud de la vida, del legado que te deja la familia, y de dónde nos puede llevar nuestra vida, de acuerdo cómo la vivamos.

—Es muy valeroso aventurarte a esta propuesta y se ve que lo disfrutas.

—Lo que más me gusta de todo esto, es que lo pude hacer con la manera teatral que yo me propuse. Yo sentía que en los últimos años todo subió al escenario, inclusive las profesiones y que el teatro puro se había dejado de ver. Y yo pensaba es que si la gente perdía el sabor del orégano, a la gente le pueden poner cualquier pastito verde a la pizza que no se iban a dar cuenta. Yo creo que el teatro no es decirlo arriba de un escenario, sino que lo que hay que lograr es que la imaginación del espectador se encienda.

—Esta multiplicidad de personajes que interpretarás conforman historias que le puede pasar a cualquiera. 

—Te puedo decir que en un momento aparece toda mi familia y el público ha dicho que esos personajes calan hondo en las personas.

—En «Toc-Toc» también le pusiste tu impronta para encarar a un paciente con Tourette.

—Si, yo sentí que pude estar muchos años en cartel y mis colegas me preguntaban si me cansaba. Durante cuatro años hacíamos ocho funciones por semana y en dos veranos en Mar del Plata, llegamos a hacer doce funciones semanales. Yo creo que el motor que tenía era que puedo hacer el mismo trabajo en el teatro comercial, y también en teatro independiente. Yo estaba feliz con mi rol y representaba el teatro que hacía siempre.

—¿Te definís como un actor de teatro?

—En el teatro tuve más injerencia porque empecé como actor, después fui autor, fui productor, dirigí… cumplí todos los roles. El teatro me marcó más, pero me gusta hacer tele y cine, y los vivo como un descanso, ya que al ser actor tengo una escasa responsabilidad.