Graham Fisher tiene 46 años y una historia muy particular. Este británico fue condenado a 21 años de prisión luego de asesinar y comerse parte del brazo de una de sus víctimas. Sin embargo, hoy se desempeña como cocinero del hospital psiquiátrico de máxima seguridad donde cumple su sentencia, según un informe del diario Daily Mirror.
La primera víctima mortal fue una vecina de 40 años, Clare Letchford, a quien estranguló y mutiló en 1998, mientras que ocho días más tarde acabó con la vida de una anciana de 75 años, Beryl O’Connor, cuando se encontraba en su hogar, según resumió el portal www.actualidad.rt.com.
Los fiscales del caso describieron a Fisher como un sádico sexual. Sin embargo, un peritaje psicológico concluyó que padecía demencia criminal, por lo cual su sentencia en la prisión fue remplazada por una hospitalización forzosa.
«Me encanta cocinar», escribió Graham Fisher a un amigo, al que confesó que desea conseguir un empleo en el que pueda «ayudar a las personas con traumas» a pesar de que es consciente de que se trata de una opción «altamente improbable» debido a su historial criminal. Hoy, aunque parezca increíble, es el cocinero de un psiquiátrico.