Se realizó este miércoles desde Plaza Montenegro hasta el Monumento. La encabezó el padre Fabián Belay, quien pidó "estar unidos porque esto atraviesa a la clase alta, media y a sectores vulnerables"
Este miércoles, Rosario fue escenario de una multitudinaria marcha en el marco de la Semana de Concientización sobre el Consumo Problemático y las Adicciones. La movilización, convocada por la Comunidad Padre Misericordioso y la Familia Grande del Hogar de Cristo, partió de la Plaza Montenegro y culminó en el Monumento Nacional a la Bandera. Bajo el lema #NiUnPibeMenosPorLaDroga, la marcha buscó profundizar la reflexión sobre el impacto de las adicciones en las vidas de los sectores más vulnerables y animar a encontrar soluciones concretas y creativas.
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El padre Fabián Belay, referente en la lucha contra las adicciones en Rosario, fue una de las voces destacadas de la jornada. «Tenemos que estar unidos. Esto atraviesa a la clase alta, media y a sectores vulnerables. Si no armamos redes nos lleva puesto como sociedad», advirtió. Belay enfatizó que «el problema más delicado es la niñez y la adolescencia». Según el religioso, la adolescencia en los barrios vulnerables carece de propuestas y alternativas, lo que facilita su captación por el consumo de drogas.
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Durante la marcha, los manifestantes portaron carteles con mensajes como “En Rosario es más fácil conseguir droga que trabajo”, “Detrás de cada pibe que consume, hay una madre o familia que también sufre”, y “La droga no tiene clase social”. Estos mensajes reflejaron la profunda preocupación de la comunidad sobre la situación de los jóvenes y el papel del Estado en su protección y rehabilitación.
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Los organizadores de la marcha exigieron la intervención del Estado en la creación de espacios físicos que contengan y brinden refugio temporal a los jóvenes en situación de calle y consumo. Destacaron que los adictos de bajos recursos, al no encontrar apoyo en sus hogares, terminan expuestos a la intemperie y a las bandas narco criminales que los cooptan a cambio de dinero y drogas.
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La movilización contó con la participación de numerosas organizaciones, entre ellas Madres Territoriales contra las Adicciones, MESA (Mesa Nacional de Organizaciones que trabajan en Adicciones), Regénesis, la Corriente Clasista y Combativa, Pueblos Originarios en Lucha, Asociación Nazareth, Cáritas, Movimiento desde Abajo, Rosario te quiero Provida, Alameda, Asociación Civil Casa Bolten, MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) y Vientos de Libertad.
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El obispo auxiliar electo, monseñor Fabián Belay, que preside la Comunidad Padre Misericordioso, y Betina Zubeldía, presidenta nacional de Madres Territoriales contra las Adicciones, también estuvieron presentes, subrayando la importancia de la unidad y la colaboración en la lucha contra las adicciones.
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La masiva marcha en Rosario dejó en claro la urgencia de abordar el problema de las adicciones con soluciones integrales y solidarias. La comunidad se unió para exigir que no mueran más jóvenes por la droga y para reclamar un compromiso efectivo por parte del Estado y la sociedad en general.