La situación de los trabajadores de Cargill se vuelve a complicar. Es que más allá de los 33 despidos, por los que aún se está luchando para lograr la reincorporación, a los demás empleados les prohibieron la entrada a la planta de Villa Gobernador Gálvez por una semana.
Este jueves por la mañana un gran número de trabajadores quedó varado en las puertas de la planta, sin entender lo que estaba pasando y, por supuesto, volvieron las protestas. Lo cierto es que la empresa no permitió el ingreso y la situación ahora es incierta.
Según manifestaron, aguardan por alguna mediación o acercamiento por parte de la empresa y cuanto antes, para que les expliquen la situación. “Nosotros sólo queremos trabajar”, coinciden los empleados.
Mientras el acercamiento no exista, la cosa seguirá empeorando para los trabajadores de Cargill, que siguen luchando por un arreglo que cada vez parece más lejos de concretarse.
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