El Instituto para el Desarrollo Social Argentino elaboró un informe sobre la disminución del déficit primario
La reducción del déficit primario en lo que va del año es la consecuencia de dos circunstancias excepcionales, como lo son el incremento de los ingresos de derechos de exportación por los precios internacionales de la soja y un recorte en el gasto previsional, ya que las jubilaciones tuvieron aumentos nominales por debajo de la inflación, de acuerdo con un informe.
El déficit primario (antes del pago de servicios de la deuda) pasó de $385.000 millones en el primer cuatrimestre de 2020 a $80.000 millones en el mismo período del año en curso, pero “sin el aumento de los derechos de exportación y el rezago en el gasto previsional hubiera sido de $386.000 millones”, apuntó el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
“Se está en presencia de un típico ajuste fiscal por aceleración inflacionaria, potenciado por situaciones extraordinarias como el precio de la soja y las demoras de Anses para otorgar nuevas jubilaciones”, advirtió la entidad dirigida por Jorge Colina, para la que la mejora del frente fiscal “no tiene sustento sólido porque depende de que la inflación siga creciendo (para licuar el gasto, en especial el previsional) y no se reviertan los factores extraordinarios”.
Para explicarlo en números, Idesa indicó que “la razón es que mientras los ingresos siguen de cerca el ritmo de la inflación, los gastos los hacen con rezago”, con una suba del 64% y el 33%, respectivamente.
En concreto, de acuerdo con datos del Ministerio de Economía, en el primer cuatrimestre el aumento de la recaudación por retenciones fue de 186 mil millones de pesos, en tanto el gasto previsional tuvo una merma de 120 mil millones de pesos respecto de la inflación acumulada en los últimos doce meses.
“Esto implica que sin aumento de los derechos de exportación y el rezago en el gasto previsional el déficit fiscal primario hubiera sido de 386 mil millones de pesos”, remarcó Idesa.
La razón de la baja del déficit, aseguró el Instituto, es suficiente para refutar el optimismo de las visiones de economistas ortodoxos por tratarse de un fenómeno basado en “factores transitorios”, pero también la de los heterodoxos, que consideran que están dadas las condiciones para un aumento del gasto público.
Esta última posibilidad, sostuvo Idesa, “llevará a más emisión y, por lo tanto, más ajuste inflacionario”.
“Tampoco da margen para aumentar gastos o bajar impuestos como medida paliativa frente a los devastadores efectos de la pandemia”, debido a que “como no hay forma de financiar más déficit con más deuda, el mayor desequilibrio obligará a mayor emisión inflacionaria”, que conducirá a “más ajuste fiscal por aceleración de la inflación, con más empobrecimiento”, agregó.
Para Idesa, “el camino sigue siendo el ordenamiento integral del Estado” que lleve a “aumentar la solvencia y la capacidad de gestión” para que “devuelva con más y mejores bienes públicos el esfuerzo que hace la sociedad al pagar sus impuestos”.