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Más de mil CEOs solicitaron en una carta abierta frenar con los estudios de inteligencia artificial


Fue a través de una carta firmada por magnates importantes del mundo, como por ejemplo Elon Musk. En el texto sostienen que su desarrollo está "descontrolado"

Más de mil CEOs y académicos de todo el mundo escribieron una carta abierta para que se frenen por seis meses las pruebas sobre inteligencia artificial que realiza OpenAI al sostener que su desarrollo está «descontrolado».

Además, la carta abierta firmada por ejemplo por Elon Musk, manifiesta que en el último tiempo «existen riesgos potenciales para la sociedad y la humanidad».

“Los poderosos sistemas de inteligencia artificial deben desarrollarse solo una vez que estemos seguros de que sus efectos serán positivos y sus riesgos serán manejables”, expresa la carta emitida por Future of Life Institute.

Este conflicto comenzó hace algunos meses cuando OpenAI, respaldado por Microsoft, presentó la cuarta versión de su programa IA GPT. En ella se pueden realizar diversas actividades pero la más destacada, y que está en boca de todos, es la de tener conversaciones similares a las que se tiene con otro humano.

Los nombres más destacados que se mencionan son: el CEO de Stability AI, Emad Mostaque, investigadores de DeepMind, propiedad de Alphabet, AI Yoshua Bengio, Elon Musk y Stuart Eussel. 

Desde hace tiempo la Unión Europea se hizo foco sobre el avance tecnológico de la inteligencia artificial y en varios comunicados advirtieron sobre el uso indebido del sistema en intentos de phishing, desinformación y ciberdelincuencia. 

“Este tipo de declaraciones están destinadas a generar entusiasmo y preocupar a la gente. No creo que haya necesidad de tirar del freno de mano”, enfatizó Johanna Björklund, investigadora de IA.

En todo momento los CEOs y académicos más influyentes manifiestan que los riesgo se relacionan a la parte económica y política. Este último caso es más que interesante ya que el martes por la noche Mauricio Macri asistió a la cena de la Fundación Libertad y allí dio un pequeño discurso que fue generado con el sistema de Inteligencia Artificial (IA) ChatGPT.

Luego de unos minutos, el propio político confirmó que usó inteligencia artificial y que fue el propio programa quién le indicó qué debía decir: «Y no lo voy a leer todo, pero realmente está muy bueno». 

«Lo hago porque esto muestra en la revolución tecnológica en que está la humanidad y ahora entra en una nueva fase que es la inteligencia artificial y el impacto que va a tener en nuestras vidas», argumentó.

Carta completa

Los sistemas de Inteligencia Artificial (IA) con inteligencia humana-competitiva pueden plantear riesgos profundos para la sociedad y la humanidad, como lo demuestra una extensa investigación y es reconocido por los principales laboratorios de IA. Como se establece en los Principios de IA de Asilomar, ampliamente respaldados, la IA avanzada podría representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra, lo cual debe planificarse y administrarse con el cuidado y los recursos correspondientes. Desafortunadamente, este nivel de planificación y gestión no está ocurriendo, a pesar de que en los últimos meses los laboratorios de IA han entrado en una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender, predecir o controlar de forma fiable.

Los sistemas de IA contemporáneos ahora se están volviendo competitivos para los humanos en tareas generales y debemos preguntarnos: ¿Deberíamos dejar que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y falsedad? ¿Deberíamos automatizar todos los trabajos, incluidos los que nos placen? ¿Deberíamos desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más inteligentes y reemplazarnos? ¿Deberíamos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización? Tales decisiones no deben delegarse en líderes tecnológicos no elegidos. Los sistemas potentes de IA deben desarrollarse solo una vez que estemos seguros de que sus efectos serán positivos y sus riesgos serán manejables. Esta confianza debe estar bien justificada y aumentar con la magnitud de los efectos potenciales de un sistema. La declaración reciente de la empresa OpenAI con respecto a la inteligencia artificial en general, establece que: “En algún momento, puede ser importante obtener una revisión independiente antes de comenzar a entrenar sistemas futuros, y los esfuerzos más avanzados para acordar limitar la tasa de crecimiento de la computación utilizada para crear nuevos modelos”. Estamos de acuerdo. Ese punto es ahora.

Por lo tanto, hacemos un llamado a todos los laboratorios de IA para que pausen de inmediato durante al menos 6 meses el entrenamiento de los sistemas de IA más potentes como GPT-4. Esta pausa debe ser pública y verificable, e incluir a todos los actores clave. Si tal pausa no se puede promulgar rápidamente, los gobiernos deberían intervenir e instituir una moratoria.

Los laboratorios de IA y los expertos independientes deberían aprovechar esta pausa para desarrollar e implementar mancomunadamente un conjunto de protocolos de seguridad compartidos para el diseño y desarrollo avanzados de IA que son rigurosamente auditados y supervisados por expertos externos independientes. Estos protocolos deben garantizar que los sistemas que se adhieren a ellos sean seguros más allá de toda duda razonable. Esto no significa una pausa en el desarrollo de la IA en general, simplemente un paso atrás de la carrera peligrosa hacia modelos de caja negra impredecibles cada vez más grandes con capacidades emergentes.

La investigación y el desarrollo de IA deben reenfocarse en hacer que los sistemas potentes y de última generación de hoy en día sean más precisos, seguros, interpretables, transparentes, robustos, alineados, confiables y leales.

Paralelamente, los desarrolladores de IA deben trabajar con los legisladores para acelerar drásticamente el desarrollo de sistemas sólidos de gobierno de IA. Estos deben incluir como mínimo: autoridades reguladoras nuevas y capaces dedicadas a la IA; supervisión y seguimiento de sistemas de IA de alta capacidad y grandes conjuntos de capacidad computacional; sistemas de procedencia y marcas de agua para ayudar a distinguir las fugas reales de las sintéticas y rastrear modelos; un sólido ecosistema de auditoría y certificación; responsabilidad por daños causados por IA; financiación pública sólida para la investigación técnica de seguridad de la IA; e instituciones bien dotadas para hacer frente a las dramáticas perturbaciones económicas y políticas (especialmente en la democracia) que provocará la IA.

La humanidad puede disfrutar de un futuro floreciente con la IA. Habiendo tenido éxito en la creación de poderosos sistemas de IA, ahora podemos disfrutar de un “verano de IA” en el que cosechamos las recompensas, diseñamos estos sistemas para el claro beneficio de todos y le damos a la sociedad la oportunidad de adaptarse. La sociedad ha hecho una pausa en otras tecnologías con efectos potencialmente catastróficos en la sociedad. Podemos hacerlo aquí. Disfrutemos de un largo verano de IA, no nos apresuremos a caer sin estar preparados.