Al menos 52 presos fueron asesinados este lunes en un motín carcelario en la localidad de Altamira, en el estado norteño de Pará, Brasil, informaron las autoridades locales. Según se conoció, 16 de los muertos fueron decapitados.
«Fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos guardiacárceles fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados», dijo a la AFP un portavoz de la Superintendencia de Prisiones de Pará.
La rebelión empezó hacia las 07 de la madrugada (hora local) y concluyó antes del mediodía. «La mayoría falleció por asfixia», informó la Superintendencia del Sistema Penitenciario del estado de Pará.
De acuerdo con las autoridades, el motín fue motivado por una pelea entre las bandas criminales Comando Classe A (CCA) y el Comando Vermelho (CV, Comando Rojo), que pugnan por reclutar presos a sus filas y controlar el tráfico de drogas y armas.
Los agresores, además, prendieron fuego y cerraron las puertas del pabellón, lo que provocó el deceso por asfixia de la mayoría de las víctimas.
La Susipe apuntó que todavía no ha identificado los nombres de los muertos ni tampoco de las organizaciones criminales involucradas, aunque precisó que se trataría de una facción que actúa «a nivel nacional» y de otra con actuación «regional».
«Estamos realizando una inspección y haciendo el recuento de los presos, por lo que el número de muertos y heridos aún puede crecer», señaló la portavoz de la institución en declaraciones telefónicas a la prensa.
El 27 de mayo 55 presos murieron durante una disputa de facciones criminales en una cárcel de Manaos, capital del estado de Amazonas, vecino al de Pará.
El ministro de Seguridad, Sergio Moro, planea declarar la emergencia penitenciaria y ofreció presidios de máxima seguridad federales para trasladar a los considerados jefes de la banda homicida.
Por otra parte, el Consejo Nacional de Justicia, órgano de contralor del sistema penitenciario, fustigó las condiciones de la cárcel, con capacidad para 101 presos pero con una población carcelaria de 208.
La rebelión llevó a cientos de familiares de detenidos a desplazarse a la cárcel de Altamira, una de las ciudades más violentas de Brasil
Altamira está ubicada en la zona sur de Pará, conocida como el ‘far west brasileño’ porque allí es uno de los focos entre las mafias de la madera, de la extracción mineral ilegal contra los indígenas, campesinos sin tierra y conservacionistas ambientales.