Este miércoles, la Basílica volverá a abrir sus puertas para el "último adiós" a Benedicto XVI entre las 7 y las 19 locales
Más de 130.000 personas se despidieron entre ayer y hoy del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años en el Vaticano, mientras presidentes y representantes de monarquías de al menos 10 países europeos ya confirmaron su presencia en el funeral que el jueves celebrará el papa Francisco en el Vaticano para despedir a su antecesor.
Más de 70.000 personas que saludaron hoy el cuerpo de Joseph Ratzinger en la Basílica de San Pedro se suman a las 65.000 de ayer en números que sobrepasan las estimaciones previas, informó esta tarde el Vaticano.
Este miércoles, la Basílica volverá a abrir sus puertas para el «último adiós» a Benedicto XVI entre las 7 y las 19 locales.
De cara al funeral, «la base es la ceremonia para un sumo pontífice, con algunos elementos originales y otros que faltan, los que caracterizan a un pontífice reinante», indicó hoy a la prensa el vocero papal Matteo Bruni al hacer referencia al inédito hecho de la despedida de un Papa emérito, como era Joseph Ratzinger desde su renuncia al pontificado en febrero de 2013.
En ese marco, los mandatarios de Italia, Sergio Mattarella, y de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, serán los únicos dos que asistan a la cabeza de delegaciones oficiales, según informó el Vaticano. El canciller alemán Olaf Scholz también guiará la delegación del país natal de Benedicto XVI.
Por otro lado, «a título personal», ya confirmaron su asistencia al funeral, el primero de la era moderna en el que un Papa en funciones despedirá a uno emérito, la reina emérita de España, Sofía; el rey Felipe VI y la reina Margarita de Bélgica.
Si bien no será considerado un funeral «de Estado», ya que Ratzinger no era Papa reinante al momento de su fallecimiento, se espera que de todos modos miles de personas se acerquen a seguir el acto.
Para la ceremonia que Francisco encabezará el jueves a las 9.30 locales (5.30 de la Argentina) también adelantaron su participación los presidentes de Eslovenia, Nataša Pirc Musar; de Polonia, Andrzej Duda; de Hungría, Katalin Novak, y de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el gobernador de la Baviera natal de Benedicto XVI, Markus Söder.
El exvicepresidente de Taiwán y actual miembro de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, Chen Chien-jen, es otro de los confirmados, al igual que el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin.
Este martes, el premier húngaro Víktor Orban fue uno de los líderes que se acercó a la Basílica de San Pedro.
Ayer, en la apertura de la capilla ardiente, Mattarella y la premier italiana, Giorgia Meloni, fueron las primeras personas en despedir a Benedicto XVI, cuyo cuerpo se expone en el altar central de la Basílica, con el ropaje blanco de Papa y las manos entrecruzadas a la altura del vientre con un rosario entre sus dedos.
Tras el funeral, el cuerpo del papa emérito será enterrado en la cripta de la basílica de San Pedro, en la misma tumba del subsuelo en la que estuvieron sus predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II.
Benedicto XVI será enterrado en un triple ataúd, como de costumbre para los Papas: uno de madera de ciprés, en el que se lo verá en el funeral, luego en uno de zinc que será herméticamente cerrado y por último en otro de roble con el que se lo verá entrar en la tumba de mármol.
Dentro del ataúd, explicó hoy Bruni, quedará también el «rogito»; como se conoce el texto que describe de forma sumaria el pontificado de los Papas que son enterrados y que será conservado en un cilindro de metal, además de las medallas y monedas acuñadas durante su tiempo como pontífice (abril 2005-febrero 2013).