Los manifestantes acusan al presidente de fraude en las elecciones. La protesta más grande se realiza en Minsk
Decenas de miles de personas se congregaron este domingo en el centro de Minsk, la capital de Bielorrusia, para manifestarse en contra del presidente del país, Alexánder Lukashenko, al que acusan de fraude electoral, mientras que Rusia volvió a respaldar al mandatario y acusó a fuerzas externas de querer “provocar un derramamiento de sangre”
Los medios locales aseguraron que más de 100.000 personas se concentraron en la Plaza de la Independencia, donde se encuentra la Casa de Gobierno, la Comisión Electoral Central y la Cámara Baja del Parlamento, punto de arranque de la marcha por el centro de la ciudad.
El Ministerio del Interior señaló que «el evento es ilegal» y que los participantes serán «responsabilizados» de lo que pueda ocurrir, mientras el jefe de la Policía bielorrusa, Ivan Kubrakov, instó a los participantes de que se dispersen de la plaza.
En sintonía, el ministro de Defensa, Viktor Jrenin, advirtió de que habrá intervención del Ejército si se producen ataques contra monumentos o instalaciones militares en el marco de las movilizaciones de la oposición.
Відэа з дрону.
Толькі паглядзіце, колькі людзей сёння ў цэнтры Менску❤️ pic.twitter.com/uXOGJtuz2n— Belsat TV (@Belsat_TV) August 23, 2020
En este clima de tensión, Lukashenko arribo a su residencia en Minsk en helicóptero, vestido con un uniforme con chaleco blindado y con un fusil sin cargador al hombro, según un video publicado en redes sociales y en el canal de Telegram@pul_1, según reportó la agencia noticiosa rusa Sputnik.
En el vídeo se ve a dos personas recibiendo a Lukashenko, una de ellas es supuestamente el ministro de Defensa, Víctor Jrenin. Se escucha también al presidente preguntar si todavía hay manifestantes en las inmediaciones del palacio.
Residentes de otras ciudades bielorrusas también se reúnen esta jornada en las plazas centrales de sus urbes y organizan marchas. Cientos de personas salieron a las calles en Brest, Moguilov y Vítebsk, mientras que en Grodno más de 10.000 personas participan en las manifestaciones.
Durante un acto de apoyo en esta ciudad, Lukashenko pidió este sábado a los ciudadanos que perdonasen a los agentes de seguridad si «cometieron errores», al tiempo que apuntó a una injerencia extranjera en los disturbios y aseguró que la mayoría de las fotografías de lesiones sufridas como consecuencia de la violencia policial han sido escenificadas.
Una serie de protestas masivas estallaron en Bielorrusia el pasado 9 de agosto, poco después de que se dieran a conocer los primeros resultados de las presidenciales que indicaban una contundente victoria de Lukashenko, quien lleva en el poder desde 1994, con más del 80 % de los votos.
Durante los tres primeros días de las protestas, se registraron violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, que utilizó gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud. Al menos tres personas murieron y decenas resultaron heridas.
Según el Ministerio del Interior bielorruso, durante los primeros días de las protestas fueron detenidos unos 6.000 manifestantes.
La oposición, que congrego a decenas de miles de personas en las calles, exige la celebración de nuevas elecciones, así como una investigación abierta sobre el uso desproporcionado por parte de las fuerzas de seguridad bielorrusa contra los manifestantes.