Luego del pico inflacionario de los meses de septiembre y octubre, la inflación cedió en el mes de noviembre a 3,2%, según confirmó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (Indec). Si bien retrocedió 2,2 puntos porcentuales respecto del 5,4% del mes de octubre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se mantiene en un nivel elevado y ya acumuló una variación del 43,9% en lo que va del año.
Además, pese a la desaceleración, la inflación interanual volvió a subir y trepó al 48,5%. De esta manera, se confirma que la inflación del 2018 será las más elevada desde 1991, cuando alcanzó un 84%.
El dato de noviembre, que resultó superior al pronosticado por consultoras privadas, que habían estimado un alza de entre 2,5% y 2,9%, volvió a generar mucha preocupación en los diferentes sectores de la economía. En este marco, CLG dialogó con diferentes especialistas para hablar del problema que mantiene en vilo a todos los argentinos: la inflación.
Para Juan Marcos Aviano, director ejecutivo del Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac), lo informado por el Indec «consolida el proceso inflacionario que ha recortado la capacidad adquisitiva de los trabajadores, de los jubilados y pensionados y de los emprendedores».
A su vez, Aviano consideró que este año terminará «siendo terrible» y que el próximo «arrancará muy complicado». Y agregó: «Todos los datos de la economía ya son negativos, no hay ningún rubro del mercado interno que esté dando datos positivos. En diciembre ya hay algunos aumentos que se conocen, como las prepagas y las pólizas de seguro. No es alocado pensar que la inflación estará cerca del 50%».
Por su parte, el titular del Centro Unión Almaceneros e integrante de la Multisectorial, Juan Milito, consideró: «En el rubro de alimentos, bebidas y limpieza la inflación está muy por encima de los valores del índice general. Del primero de enero a la fecha, ya tenemos un 52% de aumento en esos rubros y, siendo muy optimistas, llegaría al 55% al terminar el año».
«Esto ha provocado una retracción en el consumo muy importante, que en los barrios es todavía peor», manifestó Milito.
Asimismo, Juan José Sisca, secretario de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) de Rosario, contó que ha sido un año «catastrófico» para las pymes. «Están cerrando más de 10 por día y ya son 10 mil las que bajaron sus persianas en todo el país», sostuvo Sisca.
Para el referente de Apyme, la inflación es uno de los componentes principales del «cóctel explosivo» que atraviesan: «Nos impacta doblemente. Primero, en los precios de los insumos que nosotros consumimos y, luego, en el bolsillo de nuestro mercado, que son los trabajadores activos. La gente cada vez consume menos y eso nos afecta muchísimo».
En el mismo sentido, el presidente de la Asociación de Usuarios y Consumidores y miembro de la multisectorial rosarina, Alberto Muñoz, también analizó el crítico momento económico: «Este año tuvimos una inflación que no se condice con las pautas salariales y mucho menos con las jubilaciones».
Además, Muñoz brindó datos precisos sobre el incremento de algunos productos: «La cerveza aumentó un 500% desde el 2015, el aceite un 440% y la aspirineta 380%, mientras que los salarios subieron entre un 120 o 130 por ciento».
Desde la mirada gremial, Marcelo Barros, secretario general de Smata, aseguró que «los trabajadores y los jubilados perdieron entre el 15 y el 20 por ciento de poder adquisitivo». «Los sectores más vulnerables están sufriendo mucho», añadió el referente del sector automotriz.
Por último, Antonio Donello, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), habló del impacto que genera la creciente inflación: «El poder adquisitivo cayó, cada vez se consume menos, y por ello también se produce menos. Si se produce menos, se suspende o se hecha. Y algunas Pymes cierran».