El defensor comenzará una recuperación que le demandará una larga inactividad tras sufrir la dura lesión frente a Sarmiento de Junín
El defensor de Boca Marcos Rojo fue operado tras sufrir una rotura de ligamentos cruzados en el partido con Sarmiento de Junín, por lo que la recuperación le demandará entre seis y ocho meses de inactividad.
“El jugador Marcos Rojo fue intervenido quirúrgicamente por ruptura de ligamento cruzado anterior. Se le realizó plástica del mismo y tratamiento de la patología de ambos meniscos”, anunció la cuenta oficial de Boca en la red social Twitter.
El jugador Marcos Rojo fue intervenido quirúrgicamente por ruptura de ligamento cruzado anterior. Se le realizó plástica del mismo y tratamiento de la patología de ambos meniscos.
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El propio marcador central fue el encargado de informar la gravedad de su lesión luego de ser reemplazado frente al elenco de Junín, instantes después de haber fallado un penal -fue atajado por el arquero Sebastián Meza-.
Marcos Rojo llegó a la clínica para ser intervenido quirúrgicamente de su lesión ligamentaria. pic.twitter.com/5rgMqDXFla
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“Acabo de terminar los estudios. Me vio el doctor Batista y bueno, paso lo que esperaba, era el cruzado. Se me rompió y bueno, a empezar la recuperación y esperar al lunes para la operación”, había declarado Rojo.
Y añadió: “Me lo voy a tomar con calma. No quiero hacer como la otra vez que me apuré por el Mundial para volver lo más rápido posible y sufrí varias lesiones por eso. Lo tomaré con calma para que se recupere bien la pierna”.
PURO DOLOR: la imagen de Marcos Rojo llorando sin consuelo en Junín.
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En cuanto a la jugada en la que sufrió la lesión, explicó: “Al jugador de Sarmiento le queda la pelota atrás y yo en un giro quiero quedar de frente al arco, pero la cancha estaba muy seca. Yo tenía el tapón de aluminio, medio que se me clavó el pie porque no llegué a girar del todo y ahí perdí el equilibrio”.
Sus compañeros lo respaldaron en el último encuentro del “Xeneize”, que fue derrota con Newell´s por 2 a 0, al salir al campo de juego con su camiseta y el número seis en la espalda.
“El cariño que me demostraron mis compañeros, estuvieron ahí, dejaron de ver el partido y vinieron a gritar conmigo. Eso lo deja a uno tranquilo y le da fuerzas para afrontar esto que no es fácil”, había destacado el zaguero sobre el resto del plantel de Boca.