Bielsa, el genuino animal futbolero nacido en Rosario el 21 de julio de 1955, el que se confesó como "un obsesivo del ataque", el que enarbola la bandera de "la nobleza de los recursos utilizados", el que sostiene que "el éxito es una excepción"
En días en los que disfruta de haber consolidado a Leeds United como un respetable equipo de la Premier League y de algún modo se ha reinstalado en la cresta de la ola, el rosarino Marcelo Bielsa celebra 31 años de su bautismo en el fútbol de Primera División.
En efecto, el domingo 1 de julio de 1990 Bielsa se hizo cargo del primer equipo de los colores de los que es devoto, Newell’s Old Boys, después de ocho años de recorrer 25 mil kilómetros en la captación de juveniles prometedores y de orientar a una destacada reserva campeona en el club rosarino.
Mauricio Pochettino, Ricardo Lunari, Eduardo Berizzo y el mismísimo Gabriel Batistuta fueron algunos de los pichones de cracks descubiertos por Bielsa, cuya singular dedicación e impronta más temprano que tarde derivaron en el apodo de «Loco».
Pero en todo caso no se trataba, ni de se trata, de cualquier loco.
En Newell’s estuvo poco menos de dos años con una cosecha de casi el 54 por ciento de los puntos jugados y la conquista del campeonato de Primera de la temporada 1990/91 y del Torneo Clausura 1992, además de un subcampeonato en la Copa Libertadores de América en un vibrante mano a mano con San Pablo, en el Morumbí, con desenlace adverso en los penales.
Entre 1992 y 1996 trabajó en México, primero en Atlas de Guadalajara y después en América, sin mayor suceso en los resultados y al tiempo con una reconocida cosecha por lo gestionado en las divisiones formativas.
Luego de un fugaz y victorioso paso por Vélez (campeón del Torneo Clausura de 1998) viajó a España en lo que al cabo redundó en una de sus experiencias más desafortunadas: se mantuvo apenas seis partidos en el Espanyol de Barcelona.
Recomendado por José Néstor Pekerman y contratado por Julio Humberto Grondona, Bielsa dirigió la Selección Nacional desde octubre del 98 hasta septiembre de 2004, cuando llamó a una conferencia de prensa y anunció su renuncia por falta de «energía».
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Al frente de la Selección había sufrido el histórico golpe de la eliminación en la primera fase del Mundial de Corea-Japón 2002 -un hito que hasta hoy mismo opera como estigma y que cuando cuadra es esgrimido por sus no pocos detractores-, pero ni de lejos fue lo único que sucedió en un ciclo que comprendió apenas 11 partidos perdidos de un total de 85 y la conquista de la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
No menos positivos resultaron los números de su paso por la Selección de Chile: de agosto de 2007 hasta febrero de 2001, con un porcentaje del 60 por ciento de puntos ganados y la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010.
Desde julio de 2011 a estos mismos días ha estado sucesivamente en el fútbol de España, Francia dos veces, Italia e Inglaterra, aunque de Lazio se alejó antes de asumir, en severa respuesta a lo que interpretó como promesas incumplidas de sus contratantes.
Al Athletic Club de Bilbao lo guió en dos formidables campañas sin desenlace feliz (sendas finales en la Europa League y en la Copa del Rey) y con Olympique de Marsella lideró la primera rueda de la versión 2014/2015 en la Ligue 1 y pese a una ostensible declinación en la última parte del campeonato terminó cuarto y lo clasificó a la Europa League.
En Lille, con una materia prima de lo más austera, es cierto, le fue francamente mal: menos de siete meses en funciones y tres triunfos en 14 cotejos.
Sin embargo, su carrera dio un brusco giro el 15 de junio de 2018 cuando se puso al frente del Leeds United Football Club.
En 2018/2019 el equipo se perfiló a consumar el ascenso largamente postergado, hasta que una sorprendente mella en sus virtudes redundó en la pérdida de una oportunidad tras otra, un total de tres.
Un año después coronó con holgura en Championship y en su primera temporada en la Premier después de décadas lideró al equipo a un meritorio noveno lugar (18 triunfos, 5 empates, 15 derrotas), a dos puntos de Arsenal, a tres de Tottenham Hotspur y seis de West Ham United.
Bielsa, el genuino animal futbolero nacido en Rosario el 21 de julio de 1955, el que se confesó como «un obsesivo del ataque», el que enarbola la bandera de «la nobleza de los recursos utilizados», el que sostiene que «el éxito es una excepción».
Bielsa: el que el 1 de julio de hace 31 años ingresó a un universo que le sabe tan hostil como apropiado e irresistible.