Política y Economía

Manzur sostuvo que las miradas críticas sobre el FMI «no deben alentar el voto en contra»


Así lo manifestó el jefe de Gabinete en la apertura del debate en comisión en el Senado y pidió "pensar y actuar por fuera de las divisiones políticas y con responsabilidad y vocación de futuro".

El jefe de Gabinete, Juan Manzur, afirmó hoy en el Senado que las miradas críticas hacia el acuerdo con el FMI «no deben ser razón para alentar el voto en contra en esta particular coyuntura» y consideró que la norma que se debate «no es a favor» del organismo sino «a favor de la Argentina».

En la apertura del debate en comisión en el Senado, donde pidió «un tratamiento urgente» para evitar «atrasos que generarían un daño inconmensurable a la recuperación del país», Manzur pidió «pensar y actuar por fuera de las divisiones políticas y con responsabilidad y vocación de futuro».

Luego de expresar su «profunda preocupación y rechazo» a los incidentes ocurridos el jueves último frente al edificio del Congreso, destacó el «respaldo tan ostensible» obtenido en la Cámara de Diputados al acuerdo y ponderó que se trate de «la primera vez en la historia parlamentaria que un proyecto de refinanciación de deuda con el FMI es estudiado y discutido con tanto detalle por nuestros legisladores, para luego recibir un amplio apoyo».

«Esto realmente es dotar al proyecto de legitimidad democrática y popular», subrayó, y expresó la importancia de que la sanción de la norma permita «superar este atolladero del mejor modo posible, sin costos ni reformas que limiten derechos y perjudiquen a nuestras trabajadores y trabajadores, a nuestra jubiladas y jubilados».

Manzur valoró «la determinación del Presidente de la Nación de dar transparencia y legitimidad a la cuestión de la deuda externa» y ponderó «la Ley de Fortalecimiento de Sostenibilidad de la Deuda Pública», que «pone fin a una era en la que la toma de deuda, un tema tan sensible que compromete profundamente a la Argentina a mediano y largo plazo, pudiera ser decidido por una sola persona».

El funcionario sostuvo que el Gobierno «no hubiera recurrido al FMI» y aclaró que su espacio político «siempre ha caracterizado de modo crítico el acuerdo Stand By de 2018» asumido por la administración de Mauricio Macri.

«Nuestra posición siempre estuvo en desacuerdo con a lo obrado por el gobierno anterior como con lo actuado por el FMI», añadió y declaró que Argentina está «ante un momento bisagra» que permitirá «dar un mensaje al mundo», que es que «el conjunto del sistema político asume una actitud responsable y prudente» consistente en dialogar y llegar a «acuerdos».

Para Manzur, «este acuerdo es el mejor posible» y fue posible tras un duro proceso de negociación entre el Gobierno Nacional y el FMI, dirigido por el Presidente, con un objetivo bien preciso: «Lograr que la deuda con ese organismo sea sostenible».

También se busca, dijo, que no se limite al país «en avanzar hacia el equilibrio de las variables económicas y consolidar y profundizar el proceso de crecimiento y recuperación económica que transita».

El jefe de Gabinete añadió que si el Senado aprueba el acuerdo con el organismo «se estaría cerrando una etapa difícil de nuestra administración».

«El Gobierno que encabeza el Presidente Fernández se desenvolvió en un contexto inusualmente difícil» a raíz de la pandemia y la deuda con los acreedores privados y con el FMI, analizó.

«Todo esto sumado: endeudamiento, crisis económica y social y pandemia volvió altamente problemático alcanzar los objetivos propuestos por nuestro movimiento», apuntó.

Para Manzur, «el acuerdo nos fortalece para seguir profundizando el crecimiento con inclusión» y «ayuda a sacar de encima una carga insoportable y desatar las fuerzas productivas».

«Nos da tiempo, nos permite crecer, nos permite estar más fuertes al momento de hacer los pagos y nos facilita la negociación y el acceso a países, regiones y mercados del complejo mundo que vivimos», añadió.

El funcionario cuestionó que Argentina haya vuelto «a la dependencia con el FMI», situación que se creía «superada desde que el presidente Néstor Kirchner cerrara ese capítulo con decisión y mirada estratégica en el 2006, cancelando la totalidad de la deuda que hasta ese momento teníamos con ese organismo».

Señaló además que desde el punto de vista fiscal, el acuerdo «prevé un sendero de convergencia que no inhibe la continuidad de la recuperación, con una expansión moderada del gasto real, y donde el Estado tendrá un rol clave, definiendo las prioridades centrales, que serán los pilares de inclusión social, desarrollo de la ciencia y la tecnología y la inversión en infraestructura».

«En el proceso de negociación se logró además acordar un enfoque multicausal para combatir la persistente inflación que nos afecta, en especial a los sectores de menores ingresos», indicó, y agregó que se mantendrá «una política de expansión de la inversión pública y otra política fiscal expansiva».

Aclaró también que «en la etapa final de las negociaciones -el incremento de tarifas de gas y electricidad- también fue concluido con racionalidad, prudencia y sentido de justicia».

Tal como lo hizo en la Cámara de Diputados, el funcionario reiteró su preocupación por la situación en Europa, a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, aseveró que este escenario «trastoca» la economía a nivel mundial y aseguró que Argentina está «ubicada en el centro de las miradas de muchos países y regiones en los que crece la preocupación por el abastecimiento de productos básicos».

«Normalizar las relaciones económicas y financieras con el Fondo Monetario y evitar un default permitirá una articulación virtuosa entre nuestra capacidades y potencial productivo y las demandas crecientes del mercado mundial», añadió