El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció ayer que diez barcos con combustible que se dirigían a ese país suramericano fueron objetos de sabotaje, como parte de la «persecución» derivada de las sanciones que aplica EE.UU. contra la nación caribeña.
«El barco que traía gasolina la semana pasada, diez barcos nos sabotearon para que no llegara a las costas venezolanas», dijo Maduro en una reunión con la dirección política del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), en Caracas. Pese al incidente, el mandatario suramericano aseguró que el problema con los barcos «está en vías desolución».
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Barcos con CLAP
El jefe de Estado también reveló el sabotaje a las embarcaciones que traían alimentos para el programa de productos con precios subsidiados, conocido como CLAP (siglas de Comités Locales de Abastecimiento y Producción). «Los barcos que traían los CLAP fueron saboteados y no salieron de los puertos donde iban a salir», expresó.
El pasado jueves, el líder bolivariano garantizó a la población del país suramericano la continuidad del CLAP, a pesar de las amenazas de EE.UU. de sancionar a los funcionarios involucrados en el plan, según informó RT.
«Hagan lo que quieran hacer, Venezuela va a seguir con los Clap, que pican y se extienden de la mano del pueblo, de la producción nacional», señaló.
#AHORA | "Hemos sido sometidos a una guerra de carácter no convencional por parte del imperialismo norteamericano" explica el Pdte. @NicolasMaduro pic.twitter.com/LYtHbyda9z
— Prensa Presidencial (@PresidencialVen) May 27, 2019
El anuncio del mandatario se produjo después de que el enviado estadounidense para Venezuela, Elliot Abrams, indicó que EE.UU. prepara nuevas sanciones contra funcionarios venezolanos que presuntamente se hayan lucrado del CLAP.
Reunido este lunes con el alto mando político del Psuv, Maduro expresó que estas acciones contra Venezuela forman parte del bloqueo financiero que promueve Washington, que incluye retención de recursos en la banca internacional para imposibilitar la compra de medicinas, insumos y alimentos para la población. «Es una tortura al cuerpo económico del país», agregó.