El ex mandatario consideró que se trata de un fenómeno de la irresponsabilidad de las personas que gobiernan el país. "No nos podemos conformar con esto que está ocurriendo, no es normal", expresó
El ex presidente Luiz Inácio Lula da SIlva, favorito en las encuestas para las elecciones de octubre de 2022, responsabilizó este jueves al mandatario Jair Bolsonaro por el estado de hambre que afecta a las clases más bajas de Brasil y afirmó que esta situación «no es un fenómeno de la naturaleza»
«El hambre no es un fenómeno de la naturaleza. Es un fenómeno de la irresponsabilidad de las personas que gobiernan este país. No nos podemos conformar con esto que está ocurriendo, no es normal», afirmó Lula al visitar a los trabajadores del Complejo de Reciclado de Brasilia.
Lula, que figura con más de 20 puntos de ventaja contra Bolsonaro en las encuestas para las próximas elecciones, realiza una gira por el país para reunirse con sectores sociales, políticos y fuerzas contrarias al Partido de los Trabajadores para tejer posibles alianzas para un eventual gobierno a partir de 2023.
El ex mandatario, cuyo gobierno y el de Dilma Rousseff han sacado a Brasil del mapa del hambre de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dedicó parte de su discurso a defender a las personas que «no tienen para comprar carne y van a la puerta de las carnicerías para buscar huesos».
En ese sentido, afirmó que «los pobres deben ser incluidos dentro del presupuesto nacional y los ricos dentro del impuesto a las ganancias», al reiterar la necesidad de combatir la evasión fiscal para aumentar la recaudación del Estado.
«Es necesario cambiar este país, este país no será el de nuestros sueños si los pobres no tienen más derechos. El gobierno dice que no puede financiar, que no tiene dinero, todo lo hace para crearle dificultades a los más pobres», afirmó.
En ese sentido, ganó aplausos de los recicladores al afirmar que que las partidas presupuestarias extras no son objetadas cuando son dirigidas al agronegocio.
«Cuando uno quiere hacer algo para los pobres aparecen los obstáculos, nadie quiere dejarte, porque el manual del gobernante fue hecho para los ricos y no para los pobres», subrayó.
Los trabajadores de las cooperativas lograron el centro de reciclado en 2010 en terrenos cedidos por la gestión Lula, algo que reemplazó al mayor basural a cielo abierto de América Latina que estaba ubicado en la periferia de Brasilia.
Los trabajadores entregaron un petitorio a Lula contra la privatización de la banca pública planificada por el gobierno de Bolsonaro y el retorno del plan de vivienda Mi Casa Mi Vida, que fue la mayor política habitacional del gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016).