El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva declaró este sábado, mediante videoconferencia en una reunión de la FAO en Adís Abeba, que los esfuerzos para impedir que sea candidato a las elecciones presidenciales solo lo hacen más fuerte.
«No quieren que sea candidato porque cuanto más me acusan, cuanto más me persiguen, más subo en los sondeos» declaró Lula en una intervención transmitida a un congreso sobre la lucha contra el hambre de la FAO en la capital de Etiopía.
Lula, condenado el miércoles por un tribunal de apelaciones a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, tenía previsto viajar a Etiopía para participar en esta reunión organizada por la FAO y la Unión Africana, y a la que asisten entre otros el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Un juez federal brasileño emitió el viernes una orden para retener el pasaporte del exmandatario de 72 años, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 y es favorito en los sondeos para las elecciones de octubre próximo. Un abogado del expresidente entregó el documento el mismo día a la Policía Federal en Sao Paulo.
Lula considera que las investigaciones a las que fue sometido, y la condena, son una conspiración de la élite política brasileña, de los medios de comunicación y de los jueces para impedirle reactivar su carrera política.
«Saben que si soy candidato -contra los medios de comunicación en mi país, contra las élites brasileñas- mis posibilidades de ganar las elecciones en la primera vuelta son absolutas» explicó el exmandatario de izquierdas.
Brasil, cuyas políticas de lucha contra la pobreza han sido elogiadas mundialmente, ha demostrado que es posible derrotar al fantasma del hambre, aseguró Lula.
«Los presupuestos de cada país tienen que hacerse con los pobres en su punto de mira, para poderles garantizar -como algo sagrado, algo bíblico- que tener un desayuno, una comida y una cena al día es el derecho más básico que todo ser humano tiene en la Tierra», proclamó.
El prestigio internacional del exmandatario brasileño, y de su sustituta, Dilma Rousseff, destituida en 2016, quedó muy empañado por los escándalos de corrupción de su Partido de los Trabajadores (PT).
Lula es considerado culpable de recibir un apartamento tríplex en un balneario de Sao Paulo de parte de la constructora OAS a cambio de beneficiarla con obras en la estatal Petrobras.
El exmandatario podría ser encarcelado una vez agotados los recursos de segunda instancia, lo que podría demorar varias semanas o meses.