Espectáculos

Luis Margani: «No justifico a Grondona, pero admiro su inteligencia y astucia»


El actor personifica a Julio Grondona, histórico ex presidente de AFA, en la serie que cuenta lo sucedido en el "Fifagate" y dialogó con CLG

Por Mario Luzuriaga

Luis Margani arrancó con la actuación ya siendo adulto y su naturalidad a la hora de la interpretación lo llevó a que sea convocado por el director Pablo Trapero para que protagonizar «Mundo grúa», su ópera prima. De ahí en más su carrera siguió en ascenso y su último desafío estuvo en la serie de Amazon Prime Video, «El presidente», donde interpretó a Julio Grondona.

Desde sus primeros pasos en el mundo del cine, Luis, que es electricista de profesión, se metió de lleno en el mundo de la actuación y no paró más. Convocado en su mayoría por jóvenes realizadores, participó de ficciones como «Tumberos», «Viudas e hijas del Rock & Roll» y «Resistiré», entre otras.

Ahora el nuevo desafío del actor fue interpretar, nada más y nada menos, que al legendario ex presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Humberto Grondona, para la serie «El presidente», que se emitirá a partir del 5 de junio en Prime Video.

Esta ficción creada por el argentino Armando Bo (Animal), cuenta lo que sucedió en el escándalo del «Fifagate», el caso de corrupción más increíble que vivió el fútbol mundial.

CLG dialogó con Luis Margani para conocer en profundidad al actor que le da vida al «dueño de la pelota manchada».

—Ha trabajado en varias producciones en cine y televisión de la mano de jóvenes realizadores como Pablo Trapero e Israel Adrián Caetano. ¿Cómo fueron esos rodajes?

—Nos divertíamos mucho porque a Caetano le gustaban mucho las sorpresas e improvisaba todo, con la idea de él. Vos mismo te sorprendés de eso. No es lo mismo cuando te dan el libreto todo escrito y que esté todo pactado. No te diría que es fácil o difícil trabajar con ellos, sino que uno lo hace con placer, es una cuestión de interpretar, meterse en el ruedo y luego disfrutar.

—Sus roles en la actuación son muy terrenales y cercanos al común de la gente.

—Hay algo muy importante que es la esencia que uno tiene y donde me crié y nací, se lo aplico a mis personajes. Es imposible sacarse eso de adentro. Yo siempre fui un tipo de barrio, yo vivo en San Justo hace sesenta y pico de años, eso se transmite, y mi forma de ser también llama mucho la atención. Lo que me decís me lo dijo mucha gente joven, una vez estaba haciendo un casting y un chico me dijo: «Cómo me gustaría tener un padre como el ‘Rulo’ de ‘Mundo grúa’ (risas).

—»Mundo grúa» fue una película que marcó un momento importante, que fue la llegada del «Nuevo Cine Argentino».

—Hay mucho de mí ahí, sabemos que es una ficción, pero fue mi primer papel. Yo no era actor, tenía un taller de electricidad para el automóvil y vivía de eso; y empezar a trabajar de actor con Pablo Trapero en un corto, después que se crean que la madre sea la propia, o que se crean que yo era empleado de una constructora. Lo lindo de esa ficción es que crean que fue verdad.

—Después le tomó el gusto a la actuación.

—Me apasionó, mirá que antes de hacer estas actuaciones con Trapero, siempre miraba y criticaba a los actores decía: «Mirá lo que hacen y se entretienen», pero cuando me tocó a mí me apasionó y empecé a mirar películas y a actores. Tenía un papel importante en la novela «Enamorarte», donde hacía del papá de Celeste Cid, y en los tiempos que no tenía que grabar, iba a ver a los actores laburar para ver cómo hacían. Me enseñó mucho eso, después empecé a tomar clases de teatro en los que perfeccioné este don.

—Es un don que lo descubrió gente joven, con los cuales usted trabaja activamente

—Ahí está lo lindo de Trapero y su visión, de darse cuenta que era un tipo podía hacer cosas que podían gustar.

—¿Qué le gusta más hacer: cine, teatro o televisión?

—A mi me apasionan las tres cosas, todo es actuación, pero las técnicas son diferentes unas de otras. Ir aprendiendo en ese mundo, sus técnicas, cómo se graba, cómo tenes que laburar, ante las cámaras del cine y la televisión; y en el teatro ante la vista del público que no dejan de ser cámaras. Ir aplicando esas cosas y después ver los resultados, a diferencia con el teatro, en donde sos vos y no hay edición, previo a eso hay ensayos donde el director te marca lo que tenés que hacer y vos saber interpretarlo.

—Ahora le llega un personaje totalmente opuesto al que hizo en «Mundo grúa», que marcó la vida de todos los argentinos.

—Es increíble, cuando me dieron este papel me sorprendí por que jamás pensé que lo podía llegar a hacer o me lo pudieran ofrecer. Pero yo a Grondona cuando lo veía en los reportajes o notas, había algo que me llamaba la atención. Me encantaba escucharlo, a pesar de sus cosas, y me llamaba la atención la inteligencia, la astucia, la ironía que tenía este tipo. Y cuando empecé a investigarlo, a incorporar el personaje a través de lo que leí y ví, es un tipo que realmente, no justifico su actuar, pero lo admiro. Admiro su capacidad, su inteligencia. Me preguntaron si me gustaría tener el poder de Grondona, a quien no le gustaría tener un poco de poder, pero yo me pregunto ¿voy a vivir bien con ese poder? ¿Para qué me va a servir? Me planteé que lo bueno sería tener el poder para hacer el bien; pero a su vez me surge otra pregunta ¿voy a hacer el bien? Entonces me dije que no voy a opinar de esto porque hace falta experiencia. Mi personaje en «Mundo grúa» era Luis Margani actuando de «El Rulo», fue algo que no lo busqué porque no sabía cómo hacerlo, fui yo mismo. Acá hay un trabajo de elaboración terrible, en cambio en «Mundo grúa», yo sufría las escenas, cuando estaba triste era de verdad, lo mismo como cuando estaba contento, y eso era lo verdadero.

—¿Cómo fue el método de trabajo en este tipo de series?

—Hay algo muy importante que me lo marcaba Armando Bo en esta serie, él me decía que el público tiene que creer que soy Grondona. Si yo tuviera que imitar a Grondona sería muy jodido porque no es mi trabajo, yo soy actor no un imitador, entonces investigué mucho y adquirí la esencia y el sentimiento de ese tipo. Espero haberlo logrado, después del 5 de junio te digo (risas).

—¿Es una historia que nos va a dejar con muchas preguntas?

—Más que preguntas van a encontrar respuestas y tengo todas las fichas puestas porque el trabajo que se hizo fue muy groso. Pusieron toda la plata, la producción no achicó nada, metieron toda la torta y espero que les guste esa torta.