Por Malena Acosta
Luciana Bacci es rosarina, juega de lateral derecho y el viernes firmó su primer contrato profesional que la convirtió en nueva jugadora de Racing Club de Avellaneda. En diálogo con CLG, contó cómo fue su recorrido en el fútbol, su lucha para que el femenino siga creciendo, la profesionalización, las falencias de la Asociación Rosarina de Fútbol y sobre el presente que le toca disfrutar: “Pensé que este momento no me iba a llegar nunca”.
Si hablamos de amor por el fútbol y de luchas personales y colectivas, Luciana Bacci es un claro ejemplo de ello. Su pasión por la pelota comenzó prácticamente desde que nació. Su papá, Fernando Bacci, ex futbolista, traumatólogo y quien fuera Jefe Médico de Newell´s en el período 2014 – 2016, fue uno de sus pilares junto a su mamá, en su pasión por la redonda. “Probé con otros deportes como el tenis y taekwondo hasta que supe que lo que me llenaba era el fútbol”, aclaró.
Sin embargo, nunca olvida los prejuicios y los momentos ingratos que tuvo que pasar a la hora de jugar. “Me miraban mal cuando jugaba, a veces juzgaban a mi mamá por llevarme a practicar, me querían convencer que podían lastimarme y que no era un deporte para mujeres. Es algo que les pasó a todas las chicas que comenzaron a jugar al fútbol. Una vez fui a jugar a un barrio y las personas de afuera me tiraban piedras y lo más triste fue que los padres les decían a los hijos que me tocaran la cola porque era una piba. Hoy en día también sufrimos comentarios machistas de parte de los árbitros, de la hinchada y muchas veces de las propias jugadoras. Falta mucha educación en diversidad de género, en cuanto al feminismo y a todas las herramientas que podemos tener para que el fútbol femenino siga evolucionando”, remarcó.
Sus comienzos futbolísticos fueron en Rosario Rowing Club, luego jugó en Polifútbol de Zona sur, paso por El Complejo del Parque hasta que desembarcó en Social Lux. Más tarde estuvo un año en el Club Deportivo UAI Urquiza, donde pudo participar de la Copa Libertadores 2016, pero finalmente regresó a “mercadito”, el club de sus amores.
“Para mi Social Lux es una gran familia y me siento muy respaldada. A nosotras nos abrió las puertas cuando no teníamos ninguna institución que nos avalara ni cancha para entrenar. Al principio nos costó porque era una disciplina que no importaba en ese momento, pero nos fuimos ganando ese lugar y hoy en día es uno de los deportes más importantes. Arrancamos en el año 2013 cuando no existía ningún equipo de fútbol femenino en la ciudad. Desde hace un tiempo la evolución es muy buena, muchos clubes se han sumado a cancha de once. Antes íbamos a Casilda y Cañada de Gómez para poder jugar con otros equipos. Hay que aprovechar y mantener a todos esos clubes que se fueron sumando y que no se queden en el camino”, expresó.
Respecto al trabajo que realiza la Asociación Rosarina de Fútbol quiso opinar: “Al principio fue muy útil que crearan la liga, pero siento que ahora están dejando de lado muchas necesidades de los equipos y jugadoras, sentimos que algunas voces de equipos de barrios no se escuchan como a otros. Tienen que hacerse cargo de muchas cosas, como el cuidado y seguridad de las chicas en las canchas ya que no hay ambulancias ni primeros auxilios. Sentimos que no solo deben organizar los partidos o diagramar el fixture, sino formar una liga que ayude a todos los clubes. Considero que se le tiene que dar un tipo de educación a la diversidad e igualdad de género, a los árbitros, jugadoras y entrenadores, es algo que se necesita mucho en el fútbol y aun no se logra plasmar. Y en cuanto a la Selección Rosarina se tiene que armar un proyecto y una base seria para poder competir bien con otras provincias, y hoy en día eso lamentablemente no sucede en Rosario”, concluyó.
No cabe ninguna duda que el 23 de agosto de 2019 será uno de los días más importantes de su vida. A sus 24 años, firmó su primer contrato profesional en Racing Club de Avellaneda. “Las sensaciones son muy lindas, la noche anterior no pude dormir (risas), estuve pensando todo lo que viví para llegar a esto. Siento un remolino de sensaciones, querer llorar, reír, recordar a todas las personas que me apoyaron, la lucha colectiva, personal y las historias ocultas que no se cuentan”, comentó emocionada.
Pese a su felicidad también se permitió dejar en claro lo que piensa sobre la profesionalización del fútbol femenino: “Si bien es un paso importante creo que es injusto que no todas firmen contratos, no me gusta, tengo un sabor agridulce, me encantaría que todas las jugadoras de los planteles tengan la posibilidad de vivir de esto ya que ninguna es más que la otra. Todas somos iguales para el equipo. Esta es otra lucha que tenemos que emprender entre todas. Defender lo de cada una, pero no olvidarse de la compañera, es un deporte en equipo y todas nos necesitamos”.
En cuanto a su decisión de dejar Social Lux, club donde encontró un sentido de pertenencia, y pasar a jugar en la Academia, dijo: “Venir a Racing es para mí un crecimiento personal, sentí que no podía dejar pasar la oportunidad de firmar un contrato en un club al cual le tengo mucho cariño. Ojalá el día de mañana las pibas no tengan que irse de su ciudad para poder cumplir el sueño de poder vivir de esto”.
Sobre su nuevo club y las aspiraciones señaló: “Al equipo lo veo muy bien. Se reforzó de la mejor manera. Tenemos un equipo que sin dudas va a pelear la punta del torneo y va a estar entre los mejores cinco. Ojalá se nos den los resultados y podamos demostrar que es un equipo que está para grandes cosas”.
Cerrando el diálogo con CLG se refirió a la posibilidad de poder vestir la camiseta de la Selección: “Estando en AFA son mayores las posibilidades de llegar a la Selección, y eso es triste, porque refleja que muchas jugadoras buenas del interior se quedan en el camino y no tienen las oportunidades de llegar. En lo personal no lo veo como un objetivo inmediato, obviamente quien no quiere estar en la selección, pero mi foco hoy pasa por cumplirle al club y defender la camiseta que me toca”.
Otras dos rosarinas firmaron contratos profesionales en Racing
Estefanía Piazza, que desde hace dos años juega en la Academia y Eugenia Nardone, proveniente de la UAI Urquiza, se suman a la lista de las 14 jugadoras que firmaron sus primeros contratos profesionales en el equipo que dirige Antonio Spinelli. Además de las tres rosarinas la nómina la componen Natalie Juncos, Milagros Otazú, Victoria Bedini, Rocío Diaz, Débora Erra, Celeste Barbitta, Johanna Galliotti, Fiamma Romero, Karina Merlo, Florencia Romero y Milagros Menéndez.