El seleccionador de Alemania, Joachim Löw, negó la existencia de cualquier tipo de racismo en la selección nacional de fútbol, antes o durante el Mundial de Rusia-2018, respondiendo a lo manifestado por Mesut Özil cuando anunció su retirada internacional en julio.
«Desde que estoy con la Federación Alemana (en 2004 como entrenador adjunto) nunca hubo ninguna forma de racismo en el equipo nacional, los jugadores siempre se han identificado con nuestros valores», aseguró Joachim Löw en una conferencia de prensa este miércoles en Múnich para anunciar su lista de convocados para el duelo ante Francia el 6 de septiembre en la nueva Liga de Naciones de la UEFA y el amistoso de tres días más tarde contra Perú.
Mesut Özil, que durante años fue uno de los jugadores favoritos de Löw, se despidió de la selección después del Mundial, en el que Alemania protagonizó un estrepitoso fracaso, pasando de haber ganado el Mundial de Brasil-2014 a caer eliminado en la fase de grupos.
Özil se vio inmerso desde unas semanas antes del torneo en una tormenta mediática por unas fotos en las que había posado con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, lo que para sectores de su país indicaba falta de compromiso del jugador con los valores de Alemania. El futbolista del Arsenal nació en Gelsenkirchen en el seno de una familia procedente de Turquía.
En un comunicado de cuatro páginas, Özil anunció su retirada internacional, acusando principalmente al presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Reinhard Grindel, de «racismo».
Joachim Löw admitió este miércoles que no había tenido contacto con Özil desde entonces.
«El jugador no me llamó él mismo. Normalmente los jugadores lo hacen cuando deciden retirarse (de la selección)», explicó Löw, señalando que fue un representante del jugador el que lo hizo.
«Todavía no me ha llamado a día de hoy, mientras que yo he intentado contactarle desde hace dos o tres semanas por SMS y por teléfono», continuó el entrenador.
En un largo análisis del desastre del Mundial, el seleccionador admitió que la polémica con el caso de Özil y de Ilkay Gündogan, que también posó con Erdogan, fue «subestimada» en su día.
«Esa historia nos restó fuerzas y afectó a nuestros nervios», afirmó.
«Fui casi arrogante»
Sobre su papel en la decepción mundialista, Löw hizo autocrítica y admitió una cierta «arrogancia» en su voluntad de que su equipo hiciera un juego perfecto.
«Nos convertimos cada vez más en un equipo de posesión de balón y de dominio total. Era indispensable ya que nuestros adversarios jugaban cada vez más replegados y tenían cada vez más miedo en los contragolpes. Durante cuatro años lo hicimos muy bien», afirmó.
«Siempre quise mejorar eso, alcanzar la perfección. En eso fui casi arrogante», dijo.
«En ningún caso debemos abandonar nuestra visión del juego, una visión ofensiva, pero hay que encontrar un equilibrio», puntualizó. «En el Mundial tomé demasiados riesgos y eso fue un gran error», continuó.
Por ello cree que Alemania debe ser «más flexible» en el futuro.
En la lista comunicada este miércoles para los partidos de septiembre ante Francia y Perú, la principal noticia fue la ausencia de Sami Khedira (Juventus).
Tres jóvenes jugadores fueron incluidos y son las principales novedades, Thilo Kehrer (París Saint-Germain, Kai Havertz (Bayer Leverkusen) y Nico Schulz (Hoffenheim).