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Los yihadistas condenados a muerte «se confiesan» en la televisión iraquí


«Salam Aleikum (la paz sea con vosotros), queridos espectadores». Con estas palabras el presentador comienza cada viernes su programa de confesiones de yihadistas condenados a muerte en Irak, antes de conducirlos bajo escolta al lugar del crimen.

En un país aterrorizado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), el programa difunde a una hora de gran audiencia las imágenes, a veces insoportables, de los crímenes atribuidos al reo, quien llega esposado y vestido con una túnica anaranjada o amarilla.

«Recibo información del ministerio del Interior, de Defensa o de la seguridad nacional, que los capturó. Ellos eligen el dosier que se va a tratar, yo pido al ministerio de Justicia la autorización de entrevistar al condenado», explica Ahmad Hasan, de 36 años, que presenta desde finales de 2013 «En las garras de la ley» en la cadena oficial Iraqiya.

Lleva 150 programas y habrá más porque, según él, aunque el EI «perdió quizá militarmente, su ideología sigue existiendo». «Sus partidarios consideran a los demás ateos y continuarán asesinando mientras su ideología perdure».

Imágenes impactantes

Comienza con imágenes impactantes, como la fotografía de unos 50 miembros de la tribu de Abu Nimr en medio de un charco de sangre. Fueron ejecutados por el EI en Hit (oeste).

Luego aparece uno de los asesinos condenados por los hechos.

Hamid Hekmet, de 41 años, cuenta la matanza con todo lujo de detalles y da los nombres de quienes participaron en ella.

En otros vídeos grabados por el EI se puede ver el ataque a una joyería, atentados, un camión lleno de 750 kg de explosivos, la ejecución de seis hombres arrodillados en una plaza y secuestros.

En la mayor parte de los programas, los culpables acuden al lugar de los hechos para una reconstrucción de los hechos.

Un responsable de las Finanzas del EI, Mohamad Hamid Omar, apodado Abu Hajjaj, explica su especialidad: extorsionar a las farmacias, colegios, agencias inmobiliarias, gasolineras y médicos.

El presentador asegura que sólo interroga a personas ya «condenadas». Casi todos a la pena de muerte, pero algunos a cadena perpetua o a hasta 20 años de cárcel. Muchos son iraquíes, aunque también hay ciudadanos de otros países árabes.

«Algunos de los interrogados ya fueron ejecutados. Ese es un tema de la justicia, no mío», afirma.

El Alto comisionado para los derechos humanos contabilizó en 2017 un total de 106 ejecuciones, principalmente por «terrorismo».

El artículo 4 de la ley antiterrorista iraquí estipula que cualquier persona que cometa, incite, planifique, financie o asista a actos terroristas será condenada a muerte.

El plató recrea una oficina de detectives de los años 1920 en Estados Unidos. Un buró de caoba, un perchero, un mueble lleno de archivadores, mapas de Bagdad y fotografías de los culpables. «El decorado es importante para atraer a la audiencia», asegura el productor Rami Ahmad al Lami.

Con traje marrón y corbata, Ahmad Hasan asegura que los condenados participan «voluntariamente» en su programa y saben que esto no influirá en la condena.

¿Por qué mataron a mis hijos?

«Si lo hacen es porque se arrepienten, quieren mostrar las acciones horribles que perpetraron y revelar cómo piensa el grupo al que pertenecieron para disuadir a otros de cometer el mismo error», asegura.

Los momentos más desgarradores se viven en el terreno, entre las madres de las víctimas y los asesinos.

«¿Por qué han matado a mis dos hijos Ahmed y Hamid? Eran sus amigos. ¿Acaso les hicieron daño? ¿Por qué han destruido mi familia?», pregunta una mujer de negro frente a tres hombres cabizbajos. Sus dos hijos eran oficiales de policía.

Otra madre les espeta: «¡Cómo pueden comer con esas manos que mataron a mi hijo disparándole a la cabeza!».

Según el portavoz del ministerio del Interior, general Saad Maan, «gracias a este programa la gente puede ver que las fuerzas de seguridad suministran información verídica y eso crea lazos con la población».

Las organizaciones de defensa de los derechos humanos critican la exhibición por televisión de condenados que van a ser ejecutados, pero Ahmad Hasan afirma que «las entrevistas son acordes con los derechos humanos».

«No presionamos a nadie, pero estamos en situación de guerra y más vale interesarse por los derechos de las víctimas que por los de los terroristas».