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Los talibanes conquistan la sexta capital de provincia en Afganistán


"Los talibanes capturaron la ciudad de Aibak y la controlan por completo", declaró el gobernador adjunto de la provincia de Samangan

Los talibanes continuaron su avance militar en Afganistán aprovechando la retirada de las fuerzas extranjeras y tomaron Aibak, en el norte del país, la sexta capital provincial en caer en sus manos en solo cuatro días, informó el Gobierno local.

«Los talibanes capturaron la ciudad de Aibak y la controlan por completo», declaró Sefatullah Samangani, gobernador adjunto de la provincia de Samangan, de la que Aibak es capital, a la agencia de noticias AFP.

«La pasada noche, un antiguo senador se rindió a los talibanes» y hoy, personas notables pidieron al gobernador que retire sus fuerzas de la ciudad para que no se vea impactada por combates, lo que este aceptó, agregó el funcionario.

Con Aibak, los insurgentes dominan ya seis capitales de provincia de Afganistán en una ofensiva que el Ejército afgano, que prometió defender a toda costa las ciudades del país, parece incapaz de contrarrestar.

Desde mayo, aprovechando la fase final de la retirada de las tropas extranjeras que debe culminar a finales de mes, los talibanes se hicieron con amplias zonas rurales del país y ahora tienen en su mira las grandes ciudades.

Desde el viernes, los insurgentes tomaron seis capitales provinciales. La primera en caer fue Zaranj, en el sudoeste, capital de la provincia de Nimroz, cerca de la frontera con Irán. El sábado, se hicieron con el control de Sibargan, en el noroeste del país y capital de la provincia de Jawzjan. Ayer, Kunduz, Sar-e-Pul y Taloqan, todas en el norte de Afganistán, sucumbieron a la ofensiva talibán, que comenzó en mayo luego del crudo invierno afgano.

La estratégica ciudad comercial de Kunduz, de 300.000 habitantes, se halla a unos 300 kilómetros de la capital del país, Kabul y a unos 50 kilómetros de Tayikistán, por lo que es un punto clave en las comunicaciones entre ambos lugares y su caída a manos de los talibanes supone la mayor captura de los insurgentes hasta el momento.

A fines de junio, los talibanes conquistaron los distritos que rodean Kunduz y el importante puesto fronterizo de Shir Khan Bandar, que linda con Tayikistán, un eje neurálgico para las relaciones económicas con Asia central.

La situación evidencia la derrota de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, que hace 20 años invadieron Afganistán para derrocar a los talibanes en el marco de la «guerra al terrorismo» lanzada por Washington tras los atentados de 2001 a las Torres Gemelas y el Pentágono.

Muchos afganos viven con temor el espectro de un retorno al poder de los talibanes, que gobernaron Afganistán entre 1996 y 2001 imponiendo un severo régimen islámico, antes de ser expulsados por una coalición internacional liderada por Estados Unidos.

Un acuerdo firmado en febrero de 2020 en Doha por los talibanes con Washington, que previó la retirada de todos los soldados extranjeros de Afganistán, les impedía -al menos teóricamente- a los insurgentes llevar a cabo ataques en las grandes ciudades afganas.

Pero ahora, ante los avances de los insurgentes en las grandes urbes, Estados Unidos, que culminará su salida de Afganistán a finales de agosto, intensificó sus ataques aéreos. La semana pasada, los talibanes asesinaron a tiros en Kabul, la capital, al jefe de comunicación del Gobierno afgano. La rápida ofensiva talibán suscitó preocupación internacional.

En tanto, el Gobierno afgano sigue desplegando sus fuerzas aéreas contra las posiciones talibanas. Mientras combate a los talibanes, el Ejército debe también encargarse de evacuar a los ciudadanos de las capitales provinciales con presencia de los talibanes.