En el marco del Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas, CLG habló con los ciudadanos sobre la figura de los ex soldados que pelearon en una guerra "sin sentido"
Un 2 de abril de 1982 en una Plaza de Mayo repleta, el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri le comunicaba a la población argentina que el Ejército Nacional había desembarcado y tomado posesión de las Islas Malvinas y del Atlántico Sur. «Si quieren venir, que vengan», gritó el militar en el palco de Casa Rosada y el conflicto armado con el Reino Unido comenzaba. Una jugada estratégica de la Junta Militar que gobernaba Argentina que veía como la democracia pedía paso. En medio del discurso, del enfrentamiento bélico y las cuestiones meramente políticas, un grupo de jóvenes que en ese momento habían entrado al Servicio Militar, algo obligatorio hasta los años 90, nunca pensó que se encontraría meses después en una trinchera con temperaturas bajo cero. Fueron cerca de 23 mil soldados de las distintas Fuerzas Armadas que fueron literalmente mandados a una guerra que transcurrió entre mentiras del gobierno y la euforia de un pueblo obnubilado por la causa Malvinas.
Del total de combatientes, 650 murieron en campo de batalla (325 de ellos en el ARA General Belgrano) y muchos más en la posguerra.
Luego de esa contienda, cada 2 de abril se conmemora el Día del Veterano y Caídos en la Guerra de las Islas Malvinas.
Pero a 39 años de uno de los hechos más importantes de la historia Argentina, ¿cómo fueron esos días para la sociedad? ¿Qué recuerda el ciudadano? Los ex combatientes, ¿son verdaderamente reconocidos por el Estado y/o por la gente? En este contexto, CLG salió a la calle y habló con los rosarinos.
Una de las primeras voces remarcó que fueron «tiempos muy tristes, donde muchos jóvenes partieron y dejaron su vida por la patria». Al mismo tiempo que marcó que «no son reconocidos», sin embargo se esperanzó y sostuvo: «Espero que los podamos ver como lo que son».
Otro se acopló a esta idea y dijo: «El reconocimiento es poco, de alguna forma hay reconocimiento de parte de la gente, del Estado no». Y sobre los poco más de dos meses de guerra dijo: «Fue una experiencia sin sentido, pero los argentinos somos así, en el momento éramos todos patriotas».
Una mujer recordó que en 1982 cursaba el colegio secundario y a los alumnos los invitaban a «juntar cosas para mandarle a los soldados, como cartas, ropa o chocolate«. Cabe destacar que esas donaciones nunca llegaron a las manos de los argentinos en Malvinas.
«Nos hacían festejar que habíamos ganado«, recordó la mujer con una mirada incrédula sobre aquellos años. Ella misma, hoy luego de casi 40 años, afirmó que «a los ex combatientes se los abandonó«.
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Un hombre sentado en un parque rosarino recordó con tristeza «amigos que se han ido y parientes que no volvieron» y lamentó que la fecha haya caído en la semana de Pascuas «porque pasa un poco desapercibido«.
«Tanto la sociedad como la política no le han dado el reconocimiento que se merece y es una materia pendiente», concluyó el hombre.
Una mujer hizo memoria y aseveró que «todos queríamos salvar nuestras Malvinas», pero luego y con el paso del tiempo analizó: «Fue un negocio entre gobiernos y los chicos jóvenes pagaron«.
Entre tanto rosarino, uno contó que en 1982 estaba haciendo el Servicio Militar Obligatorio y que dos de sus compañeros no volvieron de las Islas: «Fue muy triste, han pasado 39 años y la herida sigue».
Y reclamó: «El Estado no reconoció en nada a los ex combatientes, la sociedad algo, pero es muy tibio».
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