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Los rigores del clima azotan a Brasil y Chile en América del Sur


La cifra de fuegos en enero y febrero fue un 28 por ciento inferior a la del mismo período en 2022, gracias a una mayor cantidad de lluvias

La selva amazónica brasileña registró incendios que afectaron 487.000 hectáreas en los dos primeros meses del año, según un informe que alerta que los fuegos destruyeron 536.000 hectáreas en todo Brasil durante el primer bimestre del año.

Los datos fueron presentados por el Monitor do Fogo, una iniciativa del Proyecto de Mapeo Anual de Uso y Cobertura del Suelo en Brasil (MapBiomas), en alianza con el Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonia (IPAM).

En total, la Amazonia concentró el 90 por ciento de los incendios que hubo en los seis biomas del país (Amazonia, Caatinga, Cerrado, Mata Atlántica, Pampa y Pantanal).

La cifra de fuegos en enero y febrero fue un 28 por ciento inferior a la del mismo período en 2022, gracias a una mayor cantidad de lluvias.

«Aún así, hay muchas hectáreas quemadas, en un período de más lluvia», afirmó la investigadora del Ipam Vera Arruda.

Otra peculiaridad de la época es el alto índice de ocurrencias en el estado de Roraima, en la región norte del país y fronterizo con Venezuela y Guyana.

La encuesta muestra que los incendios en el estado consumieron 259.000 hectáreas, es decir, el 48 por ciento del total identificado.

«Hay un tipo de vegetación que se parece más al Cerrado. No son solo bosques, como en la mayor parte de la Amazonía», explicó Arruda.

En los estados de Mato Grosso y Pará, el fuego alcanzó áreas de 90.000 y 70.000 hectáreas, respectivamente. Juntos, si se suman a Roraima, representan el 79 por ciento de los incendios detectados en el informe.

El Cerrado ocupa el segundo lugar en la lista, con 24.000 hectáreas afectadas por incendios.

Consultada sobre qué considera el equipo un margen de tolerancia a los incendios, en lo que se refiere al bioma, Arruda comentó que, de hecho, la vegetación se ha adaptado a la presencia del fuego.

No obstante, la investigadora apuntó que «el fuego que se da hoy, en los últimos años, ya no es el fuego que se daba naturalmente en la vegetación, porque se daba más por la presencia de rayos. El fuego de hoy en la vegetación es de origen antrópico, humano, no es de origen natural», alertó.

Sequía en Chile.

La zona central chilena alcanzó en febrero pasado las temperaturas más cálidas registradas en el país sudamericano en el último siglo, lo que puede agravar la escasez hídrica y afectar la seguridad alimentaria, según experto.

«El alza de las temperaturas y la escasez hídrica que se extiende por más de 15 años, ponen en riesgo la producción agrícola y generan daños en la seguridad alimentaria futura», dijo a la prensa Patricio González Colville, investigador de la Universidad de Talca del país andino.

González, del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA), analizó el comportamiento térmico de la zona central chilena desde 1919 a 2023.

«La temperatura, por ejemplo, condiciona directamente la intensidad de la evaporación. Extremos sobre 35 grados Celsius intensifican este fenómeno y pueden incidir en aumentar la aridez», explicó González.

De acuerdo con el estudio, ciudades principales como Chillán, Los Ángeles y Temuco «nunca habían tenido valores térmicos extremos promedios» iguales o superiores a 40 grados Celsius en medio de intensas olas de calor este verano.

Asimismo, los graves incendios ocurridos esta temporada estival en la zona centro y sur de Chile, que destruyeron más de 450.000 hectáreas a su paso, junto con la desertificación creciente de los suelos, son otras de las consecuencias que enfrenta la nación austral en el contexto del cambio climático.

Chile atraviesa un período crítico de sequía por escasas lluvias y nieve, principalmente en la zona central del país, que concentra la mayor cantidad de predios de producción frutícola a nivel nacional.

Alrededor de un 75 por ciento del territorio chileno es azotado actualmente por una sequía creciente, por lo que 346 comunas locales fueron declaradas en emergencia agrícola el año anterior.

Este informe pone el foco en los dos países mencionados, aunque el área en su conjunto padece un mismo fenómeno. En la imagen, una vista de la República Oriental del Uruguay.