Los niños tailandeses rescatados el mes pasado de una cueva inundada terminaron este sábado un retiro espiritual de 11 días en homenaje al buzo que murió en las complejas operaciones de rescate.
Los 12 menores, de entre 11 y 16 años, miembros del equipo de fútbol de los «Jabalíes Salvajes», quedaron atrapados el 23 de junio y algunos de ellos no salieron hasta el 10 de julio de la cueva de Tham Luang, una de las más grandes en Tailandia.
Después de un rescate en el que todos salieron a salvo y fue considerado casi milagroso, permanecieron una semana hospitalizados y luego fueron enviados a un templo budista, de donde salieron el sábado con las cabezas rapadas pero sin la vestimenta de principiantes (novicios) que llevaban cuando ingresaron.
El objetivo del retiro era rendir homenaje al exmiembro de los comandos de la marina tailandesa que murió cuando colocaba botellas de oxígeno necesarias para su evacuación, y también para recuperarse emocionalmente del drama que conmovió a este país profundamente animista, donde creen que los árboles y las cuevas tienen un alma.