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Los niños que viven en hogares pobres aumentarían un 15%, advirtió Unicef


Si se confirman las estimaciones del organismo de ONU, los menores de edad que vivirán en esas condiciones ascenderán a 672 millones

Los niños que viven en hogares pobres en los países de bajos y medianos ingresos podría aumentar un 15% y alcanzar hasta 672 millones en todo el mundo «a menos que se tomen medidas urgentes», según un nuevo análisis publicado este jueves por Unicef y la organización internacional Save The Children.

El relevamiento reportó que unos 86 millones de niños y niñas se sumarían a los que ya viven en hogares pobres, y que cerca de las dos terceras partes de ellos viven en África Subsahariana y Asia Meridional.

El aumento más considerable, de hasta un 44%, podría registrarse en los países de Europa y Asia Central, mientras que en América Latina y el Caribe podría producirse un avance del 22%.

«La pandemia del coronavirus ha desencadenado una crisis socio económica sin precedentes que está agotando los recursos de las familias de todo el mundo», afirmó Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de Unicef.

Y continuó: «El alcance y la profundidad de las dificultades económicas que están afrontando las familias podrían revertir años de avances en la reducción de la pobreza infantil y privar a los niños y niñas de los servicios esenciales».

Sin una acción concertada, las familias a las que ya les cuesta salir adelante podrían caer en la pobreza, y las familias más pobres podrían enfrentarse a niveles de escasez que no se han visto en décadas según el relevamiento .

Para el organismo de ONU y la organización Save the Children la repercusión de la crisis económica mundial ocasionada por la pandemia y derivada de las políticas de contención tiene dos vertientes.

«Por un lado, la pérdida inmediata de los ingresos hace que las familias encuentren más dificultades para obtener productos básicos como agua y comida, tengan menos probabilidades de acceder a la atención médica o la educación, y estén más expuestas al peligro del matrimonio infantil, la violencia, la explotación y el abuso», indicó el comunicado.

Y advirtió que «por otro lado, cuando tiene lugar una contracción fiscal, el alcance y la calidad de los servicios de los que dependen las familias también pueden disminuir».

Antes de la pandemia, dos terceras partes de los niños y las niñas del mundo carecían de acceso a cualquier forma de protección social, lo cual impide a las familias resistir las crisis financieras y perpetúa el ciclo vicioso de la pobreza intergeneracional.

Para abordar y mitigar los efectos de la Covid-19 sobre los niños y niñas de los hogares pobres, Save the Children y Unicef instaron a «ampliar rápido y a gran escala los sistemas y los programas de protección social, tales como las transferencias en efectivo, la alimentación escolar y las prestaciones por hijos a cargo».

«Asimismo -señaló el comunicado- los gobiernos deben invertir en otras intervenciones en materia de protección social, políticas fiscales, empleo y mercado laboral, con el fin de proteger a las familias. Esto incluye ampliar el acceso universal a una atención de la salud de calidad y a otros servicios, así como invertir en políticas favorables a la familia, como las licencias remuneradas y los servicios de atención para los niños y niñas».

Entre los ejemplos de cómo los países ampliaron programas de protección, el comunicado mencionó el caso de Argentina, donde el plan universal de asignación familiar por hijo (AUH) aumentó 3.100 pesos argentinos (47 dólares) a sus beneficiarios actuales.