La caravana de miles de migrantes centroamericanos que va camino a Estados Unidos reanudó esta madrugada su marcha desde la localidad de Huixtla, donde ayer descansaron, con destino a Mapastepec, unos 64 kilómetros más al norte en el estado de Chiapas.
El contingente, con banderas de Honduras y de México, comenzó a prepararse a las cuatro de la mañana locales (7 hora argentina) y una hora y media después comenzó nuevamente a caminar.
«Hasta ahorita, cansadones. Creo que podemos seguir igual, así como venimos», afirmó a DPA Miguel Antonio, uno de los migrantes de la avanzada de la caravana mientras esperaba al resto del grupo en una caseta migratoria en la ruta.
Los migrantes, unos 4.500 según las autoridades mexicanas y 7.500 según los organizadores, todavía no saben exactamente cuál será su destino final.
Hasta Tijuana (noroeste), la ruta más usada por las caravanas de este tipo, hay todavía unos 3.840 kilómetros.
Si deciden tomar hacia el noreste, que es más corto pero más peligroso, serían unos 1.950 kilómetros hasta Nuevo Laredo.
La caravana salió inicialmente el 13 de octubre de la ciudad hondureña de San Pedro Sula. Luego de hacer casi 700 kilómetros hasta la frontera entre México y Guatemala, los hondureños entraron a territorio mexicano de manera irregular a través del río Suchiate entre viernes y sábado y se les sumaron guatemaltecos y salvadoreños.
El domingo caminaron desde Ciudad Hidalgo, su primer punto en México, 40 kilómetros hasta Tapachula y el lunes hicieron otros 40 kilómetros hasta Huixtla donde ayer descansaron y guardaron luto por un joven hondureño fallecido al caer del camión que lo transportaba.
Anoche, los migrantes recibieron el apoyo de madres de migrantes desaparecidos que llegaron a México como la hacen anualmente desde hace 14 años para recorrer el país en busca de sus hijos.
La mujeres que integran esta otra caravana, que ingresó al país con permiso de las autoridades, llevan las fotos de sus hijos y las de los hijos de aquellas que no las pudieron acompañar.
«Por favor, apoyen a nuestros hondureños. Ellos se vinieron por una necesidad», dijo una las 30 mujeres.
Las madres expresaron su apoyo al movimiento y dijeron que entienden los motivos por los cuales iniciaron su éxodo, que según los participantes se debe a la violencia y a la pobreza de sus países de origen.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya advirtió que no les permitirá el ingreso y las autoridades mexicanas les han hecho llamamientos a regularizar su situación migratoria en México, solicitando refugio, algo que sólo aceptaron unos 2.000 de la caravana original.