Opinión
Política y Economía

Los mercados se mantienen cautelosos, el gobierno ratifica el rumbo


Por Diego Añaños

El miércoles de esta semana que pasó, Joaquín Morales Solá publicó un artículo en La Nación, titulado: “Milei, o el conflicto permanente”. En el mismo, destaca el perfil confrontativo del presidente, así como los inconvenientes que genera o podría generar esa estrategia. En ese sentido enumera los enfrentamientos con los periodistas, economistas, políticos, legisladores, mandatarios de otros países, y hasta altos funcionarios del FMI. Según el periodista, estos caprichos adolescentes, podrían hacer naufragar el proyecto de La Libertad Avanza y abortar una vez más el postergado despegue argentino, luego de décadas de fracasos. El peligro para Joaquín no son las decisiones que se vienen tomando y que están llevando al país una de las peores recesiones de las que se tenga memoria. El verdadero peligro está en que las actitudes del presidente incrementan el riesgo de caer en la trampa populista. Es evidente que la derecha nacional e impopular, percibe la cercanía del fin, y comienza lentamente a despegarse. Sin embargo, antes de abandonar el barco, las ratas abren el paraguas y pretenden dejar a resguardo el proyecto, tratando una vez más de dejar en claro, que no están fracasando las políticas, sino su implementación. Evidentemente hay que dejar sembrado el camino para que apenas se abra una brecha en la historia, sea posible el retorno, eso sí, con una cara nueva.

La necesidad del gobierno de ratificar el rumbo surge de los cuestionamientos que vienen surgiendo casi cotidianamente desde diversos sectores. La aprobación de la Ley Bases y el Paquete Fiscal, así como los anuncios del viernes pasado (28/6), no tuvieron la respuesta esperada desde la Casa Rosada por parte de los mercados. Desde fin de la semana que pasó, las variables financieras y la cotización paralela del tipo de cambio vienen reflejando, al menos, cierto grande de incertidumbre entre los agentes económicos. Esto provocó que, en los últimos días, los analistas se hayan focalizado en la evolución de las oscilaciones de corto plazo (el blue, el Riesgo País, el precio de las acciones argentinas en Wall Street). Sin embargo, y pese a que seguramente representan un frente de preocupación para el gobierno, no reflejan ni por asomo la profundidad de la crisis en el sector real de la economía. Si bien no soy un ferviente defensor de las analogías fáciles, vale utilizar una proveniente de la medicina: si estamos chequeando las funciones vitales de un internado cada 10 minutos, es evidente que lejos de discutir si el año que viene va a romper el récord de los 100 mts llanos, estamos considerando seriamente si va a ser capaz de pasar la noche.
Por el momento, el gobierno está firme en la postura de sostener el programa económico contra viento y marea (en realidad deberíamos decir “las medidas económicas”, porque esto de plan tiene poco). La decisión está tomada, y así lo comunicó el presidente en reunión de Gabinete de Ministros, y lo refrendó el vocero oficial, Manuel Adorni, en conferencia de prensa. Javier Milei percibe o, en todo caso, la mesa ratona que conforma el presidente, su hermana y Santiago Caputo percibe, que la caída de los índices inflacionarios es el principal estandarte que sostiene la gestión, por lo que todos los demás objetivos de política macro se van a subordinar al objetivo principal que es sostener la caída de la inflación. El apoyo popular es la única ancla que sostiene viva la administración de La Libertad Avanza, y ese apoyo se sostiene en buena medida en el relativo éxito que viene mostrando el gobierno para contener los precios. La cuestión es que ya se encendieron varias alertas amarillas en el tablero de control del Ministerio de Economía y una de ellas advierte que la inflación de junio va a estar rondando el cinco por ciento, un poco por encima de la registrada en mayo. Aparentemente en julio esta tendencia se sostendría y todos los analistas confluyen en la idea de que no va a ser fácil que en algún mes del año esté por debajo del cuatro.

Para ir cerrando. A mediados de abril de 1971 se estrenó Verano del 42. La película narra, en tono autobiográfico, la historia de amor entre el guionista (Herman Raucher) y la esposa de un piloto de la marina norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial. En paralelo, transcurre el relato de las peripecias de los amigos del protagonista que, en plena efervescencia adolescente, encuentran un grupo de jovencitas con quien pretenden llevar adelante su primera experiencia sexual. En el frenesí de la búsqueda de información que los ayude en el acto de iniciación, los jóvenes encuentran un libro sobre educación sexual, con imágenes en blanco y negro, que describe detalladamente lo que sería, en teoría, un acto amatorio. Es así que, toman apuntes minuciosos de cada paso descripto en el libro y llegan al encuentro munidos de sus notas, para asegurarse no cometer errores. No es necesario tener una imaginación muy frondosa para darse cuenta de que el desastre estaba cantado. Claro, si sumamos de la inexperiencia de los adolescentes y la imposibilidad de replicar la realidad en un texto, el fracaso era inevitable. Bueno, algo muy parecido le está pasando a Javier Milei y su equipo, y nosotros somos sólo espectadores de la farsa.