Casi 530.000 jóvenes de entre 18 y 20 años reconoce haber sufrido acoso en las redes sociales cuando era menor de edad. Esto no es otra cosa que ser hostigados, intimidados y excluidos a través de mensajes, imágenes o videos, que pretenden dañar, insultar, humillar o difamar. La mayoría afirma que fueron acosados a partir de los 8 y 9 años de edad.
El trabajo realizado por Save the Childen revela que 7 de cada 10 personas ha sufrido algún tipo de violencia en el entorno digital siendo menor de edad. De esta forma el bullying tradicional es superado por las consecuencias de la violencia digital según alerta un estudio de Save the Children.
La violencia más habitual es el mencionado ciberbullying, con efectos devastadores para la víctima, principalmente por su corta edad, entre los 8 y 9 años. La gran mayoría de ellas son niñas y los acosadores son mayoritariamente amigos o compañeros del centro escolar. El niño acosado suele tener baja autoestima y le agobia la soledad, por lo que pasa muchas horas conectado y el hecho de tener muchos contactos en la red le hace sentir más importante y popular, muchos de los niños reconocen que les da vergüenza contar que son víctima de acoso, especialmente a su familia.
La violencia que sufrida por niños y adolescentes en redes genera un impacto en su esfera personal y social, afectando a su desarrollo y a su forma de relacionarse. Las consecuencias de este tipo de violencia son la depresión, los pensamientos suicidas y suicidio, el aumento de probabilidad de ser víctima de otras violencias, aislamiento y conflictos de disciplina en el hogar y escuela.
La directora de Políticas de Infancia de Save the Children, Ana Sastre, indica que “muchos niños sufren en silencio abusos, acoso, insultos y humillaciones a través de las nuevas tecnologías. Es una violencia igual de real que la física, pero de la que no se puede huir y de la que apenas tenemos datos. Además, es una violencia que persigue a la víctima a través del teléfono móvil 24 horas al día, todos los días del año. Estas situaciones causan a los niños un enorme dolor, condicionan su desarrollo y, en ocasiones, ponen en peligro su vida”.
Save the Children muestra su preocupación ante la violencia entre iguales. Según la encuesta, en 6 de cada 10 casos de happy slapping (grabación de una agresión física, verbal o sexual y su difusión a través de internet para ganar popularidad), la persona que ejerció esta violencia era amigo, amiga o miembro del mismo centro escolar que la víctima.