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Los hostels se consolidan como opción turística en Rosario


Nacidos como una opción para el turismo joven, fueron creciendo y hoy en día son elegidos por gran cantidad de viajeros

 

Por Gina Verona Muzzio

Los tiempos cambian y también las costumbres. El abanico de posibilidades en todos los ámbitos de la vida se amplía y modifica constantemente. Esto sucede también en relación al turismo y a las opciones de alojamiento, que cada vez son más. Alquileres de departamentos, habitaciones en casas compartidas, hoteles lujosos y campings son algunas de las posibilidades con las que los viajeros cuentan. En Rosario, se han instalado con fuerza los hostels, que ya son más de veinte y siguen creciendo. En los últimos días, representantes del sector se reunieron en el Concejo y junto a los ediles debatieron sobre diversos temas, realizaron propuestas y reclamaron que se regulen las plataformas virtuales de alojamiento, principalmente Booking y AirBnB.

En diálogo con CLG, Omar Ortigüela, titular de la Cámara de Hostels de Rosario, contó que el principal pedido del cónclave fue que esas app “estén más reguladas a nivel municipal”. Contó que las regulaciones se están impulsando en todas las ciudades del mundo y puso como ejemplo San Carlos de Bariloche, donde el municipio ha intimado a las dos empresas “porque no concuerdan algunas normativas con las ordenanzas locales”.

Ortigüela consideró que el reclamo es simple: que las plataformas tengan las habilitaciones necesarias, que paguen los impuestos que abonan todos los proveedores turísticos al Etur y que “el juego sea igual para todos”. “Esta flexibilización fomenta la competencia desleal”, indicó el representante de la Cámara.

“Yo quiero ser claro: no queremos prohibir nada. De hecho, todo lo contrario. Queremos que el sector turístico sea lo más prolijo posible y queremos competir de manera justa. Que el turista después elija lo que más le guste, lo que más le convenga”, detalló. Y analizó: “El encuentro fue muy positivo, le dio visibilidad a la cuestión y lo convirtió en un tema de tratamiento en comisión de gobierno. Hay que seguir, esta es una primera audiencia. Tenemos varios proyectos para presentar”.

La hostelería en Rosario

Los hostels se caracterizan a nivel mundial como una opción económica y principalmente elegida por la juventud. Ofrecen la posibilidad de sociabilizar a quienes viajan solos, de cocinar a quienes no pueden afrontar salir a cenar afuera todos los días y de dispersarse en espacios comunes a todos y cada uno de sus huéspedes. Además, existe la posibilidad de compartir habitación con otras personas, de elegir un cuarto mixto o con personas del mismo sexo, e incluso de reservar una habitación privada.

Actualmente, la Cámara de Hostels de la ciudad cuenta con 18 establecimientos integrantes y existen otros cuatro o cinco más, que funcionan por fuera. “La hostelería más o menos envuelve unas 800 camas, sería un 8% del total de las plazas en Rosario. Dicen que hay diez mil plazas oficiales”, comentó Ortigüela.

“El servicio estándar cuenta con ropa de cama, desayuno, WiFi, casilleros y el uso de los espacios comunes, que es lo que distingue a los hostels. La cocina, los baños compartidos, los patios, algún bar interno o espacios lúdicos. Cada hostel le da su temática y su onda, dependiendo del público que tenga”, amplió.

Si bien el hostel está ligado al turismo joven y a los mochileros, Ortigüela considera que abarca también a todos aquellos que planean viajar de forma recreativa, a conocer otras culturas y quieren socializar. “Es la esencia del hostel, que con el tiempo fue captando diferentes públicos”, expresó.

“Cuando yo era mochilero, allá por el 2003, recién empezaba la movida de los hostels. Hoy, quince años después, todos tenemos entre 35 y 45 años y seguimos curtiendo los hostels. Hay mucha gente que ya tiene pareja, tiene hijos y sigue eligiendo los hostels. Mejoraron los servicios, tienen cuartos con baños privados. Una familia puede venir tranquilamente”, recordó.

En relación al costo, los hostels siguen siendo una opción amigable para el bolsillo. “El precio ronda hace años los nueve o diez dólares. Están de 550 pesos, para arriba”, concluyó.