Por Diego Carballido
En el medio de un nuevo conflicto entre el gremio docente y los distintos Estados provinciales, el CEPA – Centro de Economía Política Argentina – lanzó un informe donde se refleja la pérdida del poder adquisitivo del salario de los trabajadores de la educación en los acuerdos paritarios de los últimos años.
Según este estudio, la quita de la paritaria a nivel nacional, a través de un decreto firmado por el Poder Ejecutivo, apuntó a la descentralización del reclamo pero, también, evitó la instalación de un valor de salario que opere como referencia en paritarias posteriores y en la discusión por el monto del incentivo docente.
A su vez, desde el gobierno nacional se pretende un recorte en términos reales del salario con la promesa de una reducción del déficit fiscal, utilizando como variable de ajuste a uno de los ítems que menos impacta sobre el rojo financiero, hablamos del sueldo de los trabajadores. Sin dejar de lado, que la determinación de la paritaria docente, todos los comienzos de años, es también la referencia para que luego se produzca el advenimiento de otros gremios en busca de su incremento salarial correspondiente, con el único objetivo de no quedar tan desfasados frente a una inflación que viene en alza, y que está impactando de manera considerable sobre los servicios y los alimentos.
El trabajo realizado por los economistas del CEPA tomó como referencia el salario bruto de un docente de educación primaria de jornada simple, con 10 años de antigüedad en la provincia de Buenos Aires. De acuerdo con los datos disponibles en el Ministerio de Educación, se reconstruyó el incremento nominal de los salarios en 2017 y se proyectó para el año en curso, a partir de la propuesta de la gobernadora Vidal. El resultado es contundente, la fuerte pérdida del poder adquisitivo que tuvieron los docentes durante el 2016 no fue recuperada durante el 2017, incluidos los docentes que llegaron a cobrar los $6000 por el presentismo, y ya se puede hablar de una caída en términos reales para el 2018.
Si bien el Ministerio de Educación no ha mencionado qué realizará al respecto, es posible inferir que el monto del FONID –Fondo Nacional de Incentivo Docente- no será actualizado durante el transcurso del 2018, basándose esta presunción en lo sucedido durante el año pasado con el presupuesto nacional. Y si hablamos de presupuesto, y del dinero destinado para la cartera de educación, el incremento destinado para el 2018 es sólo del 6%, si lo comparamos con el del 2017, es decir que en lugar de destinar $24.115 millones, educación dispondrá este año de $25.550.
La metodología utilizada para la estimación de la suma de dinero equivalente al poder adquisitivo de 2017 consiste en determinar las variaciones mensuales de los salarios en relación a la evolución mensual de la inflación prevista para 2018 por el Relevamiento de Expectativas de Mercado –REM- del Banco Central de la Nación.
Siguiendo este mecanismo, los docentes deberían cobrar un incremento del 20%, abonado un 10% entre enero y abril, 5% entre mayo y agosto y el 5% restante entre septiembre y diciembre, no acumulativo. Este cálculo es válido sólo para la estimación inflacionaria del REM, que alcanza los 19,3%. Vale mencionar que en ningún caso se logra recuperar la pérdida de 2016 y 2017.