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Los combates entre armenios y azerbaiyanos desplazan a decenas de miles de personas


EFE/EPA/AZIZ KARIMOV

"Según nuestros cálculos preliminares, entre 70.000 y 75.000 personas se vieron obligadas a desplazarse, el 90% de ellos, mujeres y niños", informó Artak Belgarian, Defensor del Pueblo de Nagorno Karabaj

 

Casi dos semanas de combates entre fuerzas armenias y azerbaiyanas, en torno a Nagorno Karabaj, obligaron a la mitad de la población de esa región separatista caucásica a dejar sus hogares, un conflicto que no cede y genera temor por los civiles.

«Según nuestros cálculos preliminares, entre 70.000 y 75.000 personas se vieron obligadas a desplazarse, el 90% de ellos, mujeres y niños», informó Artak Belgarian, Defensor del Pueblo de Nagorno Karabaj, citado por la agencia de noticias AFP.

Según Belgarian, los desplazados encontraron refugio tanto dentro del territorio de Karabaj como en otras zonas «mas seguras» fuera del enclave, convirtiéndose en refugiados.

Nagorno Karabaj tiene más 140.000 habitantes, un 99% de ellos armenios.

Las autoridades locales y armenias acusan a Azerbaiyán de tomar como blanco a los civiles desde el inicio de los combates el 27 de septiembre, sobre todo en Stepanakert, la ciudad más importante del enclave, donde viven unas 50.000 personas.

La localidad es objetivo de cohetes y proyectiles que fuerzan a la población a refugiarse en los subsuelos o directamente a huir de sus casas.

Esta madrugada, Stepanakert volvió a ser objetivo de bombardeos y ataques con drones en lo que un habitante describió como la noche con bombardeos más intensos desde el fin de semana.

Las autoridades de Azerbaiyán también afirman que su población civil es blanco de ataques armenios, aunque no brindaron datos sobre desplazados.

Gunay Salimzade, vocero de la Fiscalía azerbaiyana, indicó que al menos 427 alojamientos fueron destruidos desde el inicio del conflicto.

Ambos bandos dicen haber causado importantes pérdidas al enemigo, sin que ninguno de los beligerantes haya conseguido tener una ventaja militar clara respecto al otro.

El balance de 287 víctimas desde el comienzo de las hostilidades parece ser parcial y resulta difícil de confirmar.

Los azerbaiyanos niegan haber sufrido bajas entre sus soldados y hablan de la muerte de 28 civiles en su territorio, mientras que Karabaj confirmó la muerte de 240 militares y 19 civiles.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, acusó ayer a Turquía, aliado férreo de Azerbaiyán, de haber provocado «la guerra» por su «compromiso activo» en este conflicto.

Nagorno Karabaj se proclamó independiente de Azerbaiyán en 1991, lo cual provocó una guerra causó 30.000 muertos y que, desde el el alto el fuego de 1994, ha acarreado enfrentamientos esporádicos como ocurrió en 2016.

El territorio separatista no es reconocido como soberano por ningún país.

Las autoridades de Azerbaiyán se sienten sólidamente respaldados por su aliado, Turquía, lo que llevó al presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, a rechazar cualquier propuesta de tregua que no incluya la retirada armenia de Karabaj.

Rusia mantiene buenas relaciones con ambos beligerantes a los que suministra armas, pero se siente más cercano a Armenia, que integra una alianza militar controlada por Moscú.

La continuidad del conflicto podría tener consecuencias imprevisibles a la vista de los numerosos intereses y potencias presentes en el Cáucaso: Rusia, Turquía, Irán y los países occidentales.

Por ahora, las partes en conflicto desoyeron los llamados de la comunidad internacional a favor de una tregua, liderados por el llamado grupo de Minsk (Francia, Rusia y Estados Unidos) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).