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160 detenidos

Los «chalecos amarillos» volvieron a protestar en las calles de París


 

Una serie de marchas y protestas de sectores bien diferentes y reclamos disímiles le dio hoy una inusual pátina a París y dejó unos 160 detenidos, la mayoría participantes de la ya habitual manifestación de los “chalecos amarillos”.

Además de esta protesta, hubo otra manifestación en defensa del clima y otra contra las reformas de las jubilaciones.

En medio de un gran dispositivo de seguridad que blindó la capital gala -el Gobierno desplegó 7.500 policías-, los agentes recurrieron a gases lacrimógenos para dispersar a los “chalecos amarillos”, que se dirigían hacia la avenida de los Campos Elíseos, donde en anteriores marchas saquearon y destruyeron comercios.

Pese a las detenciones, una vocera de la Policía, Laetitia Vallar, subrayó que «la calma reina en las calles de París» y que «solo hubo algunas acciones espontáneas», según la cadena de televisión privada BFM TV.

Los “chalecos amarillos” se concentraron en varios puntos de la ciudad como en la plaza de la Madeleine, donde la Policía dispersó a unas 300 personas convocadas por el movimiento ciudadano ATTAC.

En total, la Policía realizó más de 1.250 controles en los que se incautaron bolas de metal, un martillo, un mortero escondido en un reproductor de DVD, «armas que no tienen cabida en manifestaciones autorizadas y pacíficas», informó la agencia de noticias Europa Press.

La movilización de los “chalecos amarillos” coincidió con una manifestación convocada por el Frente Obrero contra una nueva reforma del sistema jubilatorio y con una protesta contra el cambio climático en los Jardines de Luxemburgo.

Las movilizaciones de los chalecos amarillos comenzaron en noviembre de 2018 para protestar contra la suba de los impuestos al gasoil y en diciembre alcanzaron su punto más alto con las protestas contra la represión de las manifestaciones al punto que el presidente Emmanuel Macron anunció un paquete de medias económicas para mejorar las condiciones de vida de la clase media y trabajadora.

El movimiento se extendió luego, aunque en menor medida, a países como Bélgica, Holanda, Alemania y España.

La concentración de hoy no había sido autorizada, pero estos grupos -que cumplían su 45to sábado de movilizaciones- mantuvieron la protesta.

Hubo disturbios en la avenida Gobelins del Distrito XIII de París y los bomberos debieron intervenir para sofocar los incendios de barricadas improvisadas por los manifestantes a partir principalmente de contenedores de basura.

Además, según la agencia EFE, entre los detenidos hay un capitán de Policía que estaba fuera de servicio y vestido de civil. El agente fue detenido en la zona de los Campos Elíseos por «insulto» y «rebelión».

El colectivo indicó en su cuenta en las redes sociales «Le nombre jaune» (El número amarillo), creada para ofrecer sus propias cifras, que la participación se elevó a un mínimo de 91.430 personas.

Mientras, según la Prefectura parisina de Policía, cerca de 1.000 individuos considerados peligrosos lograron infiltrarse en la manifestación contra la crisis climática, y protagonizaron enfrentamientos contra las fuerzas del orden.

En esa última protesta se agruparon 15.200 personas, según un recuento del gabinete independiente Occurrence, mientras que los organizadores elevaron esa cifra a unas 50.000.

La tercera manifestación, organizada por el sindicato Fuerza Obrera contra la reforma de las pensiones, congregó a 6.000 personas, según la Policía, o a 15.000, según la agrupación sindical.

La agitada jornada obligó al cierre de una treintena d estaciones del metro de París y al uso de varios vehículos blindados, detalló el jefe de la Policía, Didier Lallement.