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Los boliches y bares de la provincia de Buenos Aires deberán repartir agua gratis


La Ley 15.439 fue aprobada por la Legislatura bonaerense donde señala que los establecimientos deberán entregar agua "sin límite alguno"

Los boliches y bares de la provincia de Buenos Aires deberán repartir agua gratis. Esta medida fue aprobada por la Legislatura bonaerense a través de la Ley 15.439.

En la normativa se indica que los establecimientos como bares y locales bailables deberán entregar agua «sin límite alguno» y de forma gratuita. 

La «Ley de Jarras bonaerense» fue aprobada el pasado 12 de abril y este martes 9 de mayo fue promulgada. En el escrito se sostiene que el acceso al agua es un derecho y que se trata de una de las principales estrategias para mitigar la intoxicación alcohólica.

Qué indica la Ley

“La presente norma tiene por objeto garantizar y promover el acceso irrestricto al consumo de agua potable de forma gratuita en todos los establecimientos de expendio de bebidas alcohólicas y en estadios y lugares donde se efectúen eventos de convocatoria masiva”, señala.

De esta manera todo establecimiento que entre en esta categoría deberá garantizar en la mesa de sus clientes una jarra o botella de al menos 250 centímetros cúbicoscolocar señalética donde se informe sobre la gratuidad del acceso al agua e incentivar su consumo como práctica.

«Los dispositivos de acceso libre al agua deberán estar correctamente señalizados, visibles y ser de acceso libre sin dificultades ni demoras, al tiempo que tendrán que ser aptos para su funcionamiento irrestricto, limpios y situarse en puntos independientes de los sanitarios, estar acompañados de vasos para poder hacer uso del agua y el agua deberá ser apta para el consumo humano y en cantidad suficiente», aclara el artículo.

Ahora los bares y boliches tendrán un plazo de 90 días para implementar la ley y si no enfrentarán a “clausuras y sanciones económicas”.

La medida había sido reclamada por el ministro de Salud, Nicolás Kreplak, al sostener: «A veces algo tan vital se convierte en mercancía y pone en riesgo la salud de los jóvenes».