Política y Economía

Los atentados terroristas, dos manchas indelebles de la década menemista: el repudio de la Daia


"La desidia, la negligencia y, sobre todo, la complicidad con los sospechosos de haber cometido esos crímenes explican porqué hoy, ambas masacres siguen impunes”, indicó el organismo en sus redes sociales

Su imagen, tocando el Muro de los Lamentos, en Jerusalén, dio la vuelta al mundo. Corría septiembre de 1991 y Carlos Menem se convertía en el primer presidente argentino en visitar Israel, un gesto destinado a acercar lazos con los Estados Unidos, principal sostén económico y político del Estado hebreo.

Ocho años después, Menem quiso que el último viaje de sus largos diez años en la presidencia fuera, otra vez, a Tierra Santa. Pero demasiadas cosas habían cambiado: las protestas que se preparaban en Israel para repudiar la inacción de su gobierno y la Justicia argentina en la investigación de los atentados contra la embajada de Israel (marzo de 1992) y la AMIA (julio de 1994), que se cobraron en total más de cien muertos, eran razones suficientes para impedirle cumplir ese deseo. El primer atentado, que redujo la sede diplomática israelí a escombros y dejó como saldo 29 muertos y decenas de heridos, descolocó por completo al gobierno menemista. Muchos años después, Menem relacionaría el ataque con su decisión de colaborar con Estados Unidos en la Guerra del Golfo, en 1991.

“La Daia, representación de la comunidad judía argentina, tras la muerte del ex Primer Mandatario Carlos Menem, expresa que durante su presidencia se produjeron los dos atentados terroristas más graves de la historia argentina. La desidia, la negligencia y, sobre todo, la complicidad con los sospechosos de haber cometido esos crímenes explican porqué hoy, ambas masacres siguen impunes”, indicó la Daia en sus redes sociales, en el día del fallecimiento del ex presidente.

“Carlos Menem muere en libertad a pesar de que su Gobierno utilizó a las instituciones del Estado argentino para  perpetuar la impunidad y encubrir la responsabilidad  de quienes cometieron y fueron cómplices de los atentados. Menem falleció amparado hasta el último día por sus fueros de senador que impidieron que estuviera preso. Nunca pagó por su responsabilidad en el encubrimiento del atentado contra la AMIA-DAIA”, agregaron.

“Como organización de Derechos Humanos, la DAIA tampoco olvida su indignante y triste decisión de indultar a los  responsables de los crímenes cometidos durante la última dictadura militar, burlándose de la Justicia, familiares de detenidos desaparecidos y sobrevivientes”, concluyeron.