Ciudad

Los animales y la vegetación agonizan mientras las llamas siguen ardiendo


Foto: Juan José García

"Lo que pasó en estos días se va a sentir años y años", reveló Gabriela Roldán, miembro de la organización El Paraná no se toca en diálogo con CLG

Después de varios días en que los incendios de las islas están uno de sus puntos máximos de la historia, el humo que llega a la ciudad parece el menor de los problemas. Imágenes devastadoras empezaron a aparecer desde el otro lado del río, la flora y la fauna ya no resisten las llamas.

Meses atrás el mundo se conmovió con lo que el fuego iba dejando a su paso, primero en el Amazonas y después en Australia. Ahora, es en el delta del río Paraná. Los animales y la vegetación son las víctimas directas de una práctica que no es nueva, ni allá, ni acá. Una práctica cuyo efecto es conocido y se ha prohibido en gran cantidad de lugares. Así y todo, en las islas, se sigue realizando.

«Han aparecido animales muertos, como carpinchos y víboras; y ha habido una gran bandada de garzas que al carecer de hábitat por la quema de los árboles donde anidaban, han cruzado el río y se han establecido en la costa de Baigorria», detalló Gabriela Roldán, miembro de la organización ‘El Paraná no se toca’ a CLG. Asimismo, pidió a los ciudadanos ser conscientes que esos animales que aparecen están huyendo y no hay que atacarlos. Están esperando el momento para poder volver a su casa.

Foto: Hurón alcanzado por las llamas – Maximiliano Leo

 

El hábitat de la gran cantidad de especies que viven en el humedal frente a la costa rosarina ha sido totalmente aniquilada por el fuego. Pero esto no se resuelve cuando se apague el fuego. Ese hábitat ya no está. Y puede pasar un largo tiempo hasta que vuelve a generarse, si es que se genera. «Lo que pasó en estos días se va a sentir años y años. Mínimo hay que esperar 10 años para que vuelva a crecer el árbol», reveló Roldán.

El accionar imprudente y desmedido de quienes cultivan ha generado un desastre que llega a calificarse como ecocidio. Como explicó la ambientalista, «se altera todo el suelo, los insectos viven allí y todo eso también se afecta». En la particularidad del humedal, «la armonía está regulada por los que habitan sobre y en el suelo».

Hace sólo 12 días atrás, el 5 de junio, se conmemoró el Día del Medio Ambiente cuyo principal objetivo en este 2020 fue realizar un llamado urgente a la acción global para proteger la biodiversidad. ¿Y qué mayor biodiversidad en la zona que la del humedal? La biodiversidad abarca desde las plantas y animales, hasta las bacterias. Todo eso, está siendo consumido a cada instante por el fuego que no se cesa del otro lado del Paraná.

Con las llamas aún activas, no se sabe exactamente la porción de las islas que está siendo afectada. «Por lo menos un 10 por ciento», dijo Roldán, pero aclaró que hasta que todo termine no se sabrá completamente. «En este momento no podemos dimensionar, pero es muy grave», remarcó.

Los incendios no son de ahora. No llegaron de sorpresa y arrasaron con la flora y la fauna. Se han dado repetidamente durante años, y ahora, llegaron a un punto en el que ya nadie puede mirar para otro lado. El fuego se ve, el humo se siente, las aves se van y los carpinchos, las víboras, los hurones quedan a merced de la fortuna para poder sobrevivir en su propio espacio, en su propio suelo.