La pandemia produjo una articulación entre diferentes comedores de la zona oeste, los cuales realizan diversas actividades para obtener los fondos necesarios con los que preparan numerosas raciones de comida
Por Diego Carballido
Un “Locrazo soldiario” a llevarse a cabo el próximo 9 de julio es una iniciativa de cuatro espacios comunitarios que funcionan en zonas vulnerables de la zona oeste de Rosario. «Desde el comienzo de la pandemia nos organizamos para articular el esfuerzo que venían realizando diferentes comedores y merenderos en esta zona. Entre ellos, Mujeres en Lucha y Mensajeros de Jesús de Villa Banana, La Semillita de barrio 23 de Febrero y el comedor los Chicos del Barrio», detalló Sofía Vitali, antropóloga y una de las colaboradoras de esta red de espacios comunitarios, en diálogo con CLG.
«El hecho de trabajar colectivamente nos permite canalizar las demandas, principalmente frente al Estado, en la necesidad de ampliar el dinero destinado a los comedores», explicó Vitali. «Nos vinculamos principalmente a través de Mario Roldán, un profesor de taekwondo que capacita a los chicos de Villa Banana, quien fue el encargado de armar esta red entre los diferentes comedores”, detalló y aseguró: “La emergencia se sobrelleva de manera solidaria, pero también con la necesidad de articular entre las diferentes cocinas comunitarias que funcionan en esta parte de la ciudad».
Para Vitali, algunos de estos espacios «reabrieron en el contexto de la pandemia”, a causa de que “se cortaron las actividades que permitían un ingreso, teniendo cuenta que la mayor cantidad de las personas viven del comercio informal, a través de las changas”, y afirmó: «La problemática alimentaria creció exponencialmente en los barrios, lo cual obligó a la apertura de comedores y a la ampliación en la cantidad de raciones que venían entregando».
«Muchos de estos espacios no están inscriptos dentro de los comedores que reciben ayuda del Estado, ya que son iniciativas de las mujeres del barrio que empezaron a buscar asistencia entre los vecinos y negocios del barrio. Es por esto que realizamos diferentes actividades para conseguir fondos», compartió así Vitali las razones de organizar este “Locrazo solidario” del 9 de julio.
En cada uno de los comedores que integran esta red asisten aproximadamente unas 400 personas, dos veces por semana, en busca de un plato de comida. «Son impresionantes las colas que se dan en estos comedores, porque en la medida en que se van enterando, semana a semana, se suman más vecinos, inclusive hasta de otros barrios», agregó.
«La situación ya venía complicada en los barrios, pero la pandemia hizo que, de alguna manera, explotara”, dijo Vitali, al mismo tiempo que destacó el rol fundamental que cumplen las mujeres de los sectores populares en este tipo de contexto. «En mi caso, que estudio hace tiempo las estrategias de organización colectiva de los sectores populares en contexto de pobreza urbana, el protagonismo de las mujeres es central”, explicó, y completó: “Son las que, frente a la coyuntura de la pérdida de ingresos de parte de la familia, están más abocadas a la organización doméstica y las estrategias de supervivencias al interior del barrio. Son las que se encargan de inventar ingresos con lo poco que tienen, inclusive las que articulan frente al Estado. Están todo el tiempo en la pelea por los recursos».
Al mismo tiempo, aclaró que: “Ese mismo mandato de género hace que los varones no sean tan protagonistas en estos espacio comunitarios y es una cuestión que nos interesa problematizar».
Finalmente, la referente de esta red de comedores de zona oeste explicó que frente a la crisis provocada por la pandemia se reactivaron «muchos lazos sociales que ya existían y estaban latentes”, principalmente el hecho de que “de esta situación no se sale si no es con la colaboración del otro». De alguna manera se “reactivó una red solidaria que se va gestando y pienso que es la salida de esta situación».
«El Estado ve esta necesidad y realiza una asistencia, pero en términos de recursos no llega a ser suficiente. Entonces esta articulación de la organización colectiva por abajo es algo que creo que se reactivó para quedarse», finalizó
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