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Lo Lumvrise: «Hace 20 años que podemos vivir y mantener nuestras familias con esto»


Por Mario Luzuriaga

Como dice el tango, «veinte años no es nada». Pero para este grupo de humoristas rosarinos, es mucho. Lo Lumvrise cumple dos décadas en la escena teatral, no sólo local sino también a nivel nacional. Lo que nació de un juego para «zafar las vacaciones» se convirtió un medio de vida para este trío integrado por Damián «Pelu» Taborda, Hernán «el Negro» Cigno y Pablo «Pachi» Fontana. En su momento también estuvo Andrés «Veto» Rovetto.

Han sido distinguidos en la ciudad y han sabido estar bajo las órdenes de Flavio Mendoza en uno de los shows de «Stravaganza», entre muchas otras cosas.

Antes de su show especial, Pachi Fontana recordó toda la carrera y las más divertidas anécdotas de Lo Lumvrise en CLG.

— ¿Qué se siente estar a días de la función especial por los 20 años?

— La verdad, es increíble. Mis amigos me hacen dar cuenta cuando me preguntan: ‘¿Cómo que 20 años?’. Y yo les digo que sí, porque arrancamos de muy chiquitos. Me puse a mirar para atrás y es increíble porque no me siento un tipo viejo, me siento un pibe. Pero 20 años de laburo es mucho.

— ¿Y qué balance hacen?

— Me acuerdo cuando se gestó esto. Era irnos a Mar del Plata a pasar unas vacaciones y no teníamos un mango, éramos jóvenes. Y arrancamos con esto de contar chistes en la peatonal para ver si juntábamos algo para mantenernos en la ciudad. No somos mega estrellas, pero hace 20 años que podemos vivir y mantener a nuestras familias con esta profesión. La vivimos con mucha nostalgia.

— ¿Cómo eran esos shows que hacían en las calles de Mar del Plata?

— Eran muy improvisados. Teníamos 17 años, muy chiquitos. Pero no teníamos ningún tipo de vergüenza. Habíamos hecho una bandera con aerosol que decía: «Lo Lumvrise: lo ma’ mejore'». Ese era el slogan. Lo colgábamos en un local de ropa y lo hicimos sin permiso. Después supimos que nos querían rajar de la peatonal San Martín. Cuando cerraban los locales, colgábamos la bandera y empezábamos a hacer ruido y venía la gente. Teníamos preparada una rutina de 15 o 20 chistes cada uno y después la gente se empezaba a quedar y les pedíamos ideas para improvisar. Nos fuimos dando cuenta de que nos gustaba y que queríamos hacerlo más profesional. Cuando volvimos a Rosario nos propusimos comprar algunas pelucas y sentarnos para dedicarnos.

— ¿Cuándo fue el momento en que debutaron en una sala en «La Feliz»?

— Esa es una linda historia. Estábamos muy instalados en Rosario, trabajando en bares de jueves a domingo. No parábamos de hacer fechas. Con Veto nos picaba eso de irnos de temporada, lo que pasaba era que éramos jóvenes y era un delirio porque significaba mucha plata: estaba el alquiler de la sala la temporada entera, después la marquesina y la cantidad de volantes que hicimos. Fue difícil. La cuestión es que se llevó a votación y Pelu y el Negro no querían. La cosa es que con Veto queríamos hacerlo y fuimos a hablar con Omar Capacci, que venía haciendo temporada allá e investigamos y dimos con el teatro Refasi de calle Luro. Les preguntamos cuánto nos iba a salir y nos dijeron que era algo de 80 mil pesos en 2007, una locura de plata. Lo que hicimos con Veto fue juntarnos con los chicos y les dijimos que nos llamaron del teatro Refasi porque querían que estemos ahí. Les dijimos que la sala salía 200 mil y porque éramos nosotros nos la dejaban a 80 mil: una mentira gigante. Los otros dos se agrandaron y los convencimos. Una vez que pagamos todo y nos subimos arriba del colectivo les dijimos la verdad y se pusieron a llorar de la emoción.

— ¿Hubo mucha adrenalina en esa primera función?

— Arrancamos el 26 de diciembre de 2007 y el desafío era ir disfrazados a la calle a hacer un show de tres horas para que la gente vaya, porque era todo muy lindo, pero había que justificar costos. Clavamos una marquesina gigante frente a Nito Artaza y Carmen Barbieri, y claro, veían mientras hacían cola a cuatro tarados con una marquesina enorme (risas). Y ahí fue cómo nos conoció Flavio (Mendoza). Cuando él estaba trabajando con Nito le dábamos todos los días un volante, después pasaron los años y trabajamos con él.

— ¿Cuántas temporadas hicieron «Stravaganza»?

— Hicimos tres, el verano en Carlos Paz y después seguimos en Buenos Aires, que incluyó la temporada de verano también. Nosotros fuimos parte de «Estados del tiempo», vimos la primera que fue «Water in art» y ahí firmamos.

— Debe ser muy exigente Flavio a la hora de dirigir…

— No te das una idea. Yo tenía un prejuicio con él, más que nada porque estaba metido en todos los líos de «Intrusos» y demás. Pero cuando lo conocí, me di cuenta que sabe de todo: baile, actuación, luces, sonido y humor. Cuando hacíamos el sketch con él, no te das cuenta el tiempo de humor que tiene. Es un genio. Fue un antes y un después a nivel aprendizaje.

— ¿Siguen en contacto con él?

— Hubo y hay un contacto muy pequeño, porque al ser una estrella, Flavio es muy especial. No le gusta que los artistas que participan en sus espectáculos se vayan, y nosotros renunciamos. Durante un año y medio la marca Lo Lumvrise desapareció y él no nos dejaba ser Lo Lumvrise dentro de «Stravaganza». Por contrato íbamos a hacer notas a «Animales Sueltos» o «AM» y no podíamos decir nuestro nombre. Luego decidimos abrirnos.

— Ahora regresa Veto para esta función…

— Eran 20 años y él formó parte de estado durante 14 o 15 años. Lo llamamos para que esté y se prendió. Le copó la idea y a la gente también.

— ¿Esta será la única función?

— Agregamos una más para el 12 de julio porque realmente nos fue muy bien con la venta de este show. La idea es hacer solo dos, pero si se llenan las dos, quizás se haga otra.