Los líderes mundiales continúan arribando al país y ahora fue el turno del presidente de China, Xi Jinping. La llegada del máximo mandatario de la tercera potencia del mundo tuvo una curiosidad: el primero en saludarlo fue el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Otra situación cuanto menos llamativa se dio durante el arribo de la comitiva española: no había nadie para recibirlos. ¿Costumbres argentinas en el G20?
El presidente de China, Xi Jinping, llegó hoy al país para participar en la cumbre del G20 en Buenos Aires, con el objetivo prioritario de encontrar una salida a la guerra comercial desatada con Estados Unidos, que amenaza el crecimiento global y tiene en vilo a los mercados.
Llamativamente, al descender de la aeronave, el mandatario chino y su esposa, Peng Liyuan, fueron recibidos por el gobenador de Jujuy, Gerardo Morales, quien estaba acompañado por el canciller argentino, Jorge Faurie; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; y el embajador chino en Argentina, Yang Wanming.
#TPANoticias | El presidente Xi Jinping llegó a la Argentina. El mandatario argentino mantendrá una reunión bilateral con su par chino el próximo domingo para firmar 37 convenios. pic.twitter.com/2PCKKpibjN
— TVP (@TV_Publica) November 29, 2018
Poco antes de su arribo, unos manifestantes que repartían folletos contra el gobierno chino fueron arrestados en Retiro, en las inmediaciones del hotel Sheraton, donde se alojará la comitiva del gigante asiático.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos será, sin duda, uno de los temas más importantes de este G20, que desarrollará viernes y sábado en la capital argentina.
Las dos mayores economías del planeta tenían previsto celebrar negociaciones en Washington la semana pasada sobre un acuerdo comercial que permita superar la disputa, pero una escalada verbal entre Xi y el gobierno estadounidense en dos recientes cumbres en Asia hizo que la delegación china suspendiera los planes.
El colapso de las reuniones preliminares antes del G20 dejó a ambos líderes sin las discusiones previas a nivel técnico o ministerial que son la regla de las conversaciones sobre este tipo de cuestiones internacionales, y reflejó además la convicción de Xi de que tras meses de guerra arancelaria, un acuerdo sólo es posible con el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El encuentro que Xi mantendrá con Trump en Buenos Aires al margen del G20 se perfila entonces como la mejor oportunidad -quizás la única- de llegar a una solución antes del 1 de enero, cuando los aranceles estadounidenses a las importaciones de bienes chinos treparán a un 25%.
Por ahora, los aranceles, que comenzaron a regir en septiembre, son del 10%, y afectan importaciones de bienes chinos por unos 250.000 millones de dólares. China respondió con tarifas a importaciones de productos estadounidenses por 110.000 millones de dólares.
Economistas han advertido que esta guerra comercial tendrá como consecuencia un encarecimiento de los productos afectados, una reducción del comercio global, una alteración en las cadenas de bienes intermedios y una pérdida de poder adquisitivo de los consumidores en general, todo a escala planetaria.
Xi aprovechará además su viaje a América para buscar profundizar la creciente influencia en los países latinoamericanos.
Se reunirá con el presidente Mauricio Macri para mantener conversaciones sobre la agenda bilateral para los siguientes años y avanzar en acuerdos financieros, comerciales y de cooperación en infraestructura.
Desde Buenos Aires viajará a Panamá, país con el que China estableció relaciones diplomáticas el año pasado luego de que éste rompiera con Taiwán.
Este año, El Salvador y República Dominicana también cortaron sus vínculos con Taiwán en favor de China.