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Llantos, gritos y aplausos: Aguad respondió preguntas de familiares del ARA San Juan


El ministro de Defensa, Oscar Aguad, respondió esta tarde las preguntas de los familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan en la comisión bicameral creada para investigar la desaparición de la nave hace cinco meses. En el encuentro hubo cruces entre los asistentes y el funcionario.

Las preguntas se realizaron con enojo e incluso entre llantos. Cada padre, madre o cónyugue de los tripulantes se paró para hablar, micrófono en mano. Hubo aplausos para los familiares que mayor ímpetu pusieron en las preguntas.

Algunos lloraron, otros increparon al ministro. Algunos incluso lo interrumpieron y le repreguntaron, hasta que se desenlazaba un cruce que derivaba en discusión, mientras los moderadores los invitaban a respetar la metodología del encuentro. Aguad contestó a cada uno con calma, aunque ante ciertas demandas se mostró impaciente y vehemente.

Varias de las preguntas tuvieron en común el pedido de contratación de tecnología privada extranjera para encontrar la nave, desaparecida hace cinco meses.

Entre ellos estuvo el primer orador, Hugo Alberto Jaramallo, padre del tripulante Hugo César Aramallo, proveniente de Palpalá, Jujuy. «Si el objetivo uno es encontrar el submarino, ¿por qué se dilata la contratación de otro barco extranjero que tiene todas las tecnologías para encontrar el submarino?», le preguntó.

Aguad les contestó que se contratará de manera directa un equipo teledirigible aunque aseguró que aún no puede dar una fecha concreta debido a cuestiones técnicas.

María Victoria Morales, madre del tripulante Luis Esteban García, dijo: «No sabemos por qué estamos acá sufriendo. Soy de Tucumán, estoy encallada en Mar del Plata y quiero preguntar por qué mandaron un submarino si no tenían los medios para buscarlo. ¿Por qué no se consiguió, en estos cinco meses, comprar algo para encontrarlo? Nos corresponde por ley, como papás y argentinos, a pesar de nuestra pobreza, saber la verdad. El señor dijo algo que nos hirió mucho. Si tiene la certeza de que nuestros hijos no están vivos, díganlo. Quiero que me diga sí, ya no están, quiero esa certeza».

«Hemos tenido esta desgracia y hay que afrontarla con lo que tenemos», respondió Aguad. «Lo que dije es que no había condiciones de vida. Yo sé que duele y es terrible decirlo, y es así». «Yo respeto su dolor», siguió. «Valoro que pueda seguir creyendo, no puedo decir nada, ¿qué quiere que le diga? Yo tengo una responsabilidad, me encantaría saber que están vivos, que los podemos encontrar, pero desgraciadamente no hemos podido dar con el submarino».

Otro familiar dijo: «Buenas tardes a todos. Quisiera hacerle mil preguntas, la principal sería que estoy cansado de esta burocracia y este protocolo que tiene usted hacia nosotros. El 29 de diciembre nos dijeron que estaban por contratar los torpedos AUV. Pasaron cinco meses, tengo un puñal clavado hace cinco meses, no quiero que me palmen más la espalda. Se acuerda de lo que le prometió a mi esposa en la base de Mar del Plata? Somos todos argentinos, queremos que se sepa la verdad de lo que pasó. Tengo una sola pregunta: ¿lo va a contratar sí o no?».

En el mismo sentido preguntó Marcela Verónica Fernández: «Soy la esposa del suboficial Sanchez. Ya vinimos la otra vez a la comisión a hablar, pedimos la contratación en forma directa, rápido, ya esperamos demasiado y seguimos igual. Queremos irnos hoy de acá y que usted firme y se comprometa delante de todos con que vamos a tener la contratación ya, para ir a buscarlos, y hace semanas que no los busca nadie. Queremos algo ahora y no queremos volvernos sin nada. Le pedimos que se ponga un poco de nuestro lado, que estamos destrozado, que firme y se comprometa delante de todos».

Estela Alfaro, madre del cabo principal Ibáñez, añadió: «Tengo la desgracia de conocerlo señor, porque usted no hizo nada por nosotros. Necesito que mi hijo vuelva. Usted tiene hijos, nietos. Tenga cuidado con lo que tiene, también le va a tocar. Contrate a quien quiera, traiga a quien quiera, tiene familia, no se olvide de lo que le puede pasar».

Aguad le respondió: «Yo, señora, siempre tuvo el mismo compromiso. Era ministro hacía tres meses cuando zarpó el ARA San Juan. No digo que tengo el mismo dolor, no puedo, pero hace cinco meses que no tengo otro tema que no sea este. Quiero darle la certeza de que el ARA San Juan, hasta el 1 de abril, desde el 15 de noviembre, fue buscado por las mejores tecnologías que hay en el mundo. El que diga que no lo buscamos adecuadamente, miente. Tuvimos al servicio de la Argentina las mejores tecnologías que hay en el universo».

Luego siguió: «Lo normal es que a un submarino no se lo busque por más de 15 días. He visto las búsquedas anteriores de submarinos en el mundo […] Le dimos toda la información a la Justicia. Vamos a seguir haciéndolo. Este es el compromiso del presidente con los tripulantes y familiares y la verdad. También tenemos necesidad de saber qué pasó. Algunos dicen que no queremos encontrarlo, estamos desesperados por encontrarlo».

Malvina Vallejos, hermana del oficial segundo Celso Oscar Vallejos, comenzó su descargo al reproducir un audio del ministro en el que decía: «Siempre es mejor los seres vivos que los seres que ya no están. Son 44 héroes de la patria. Imaginase que el mar puede ser para ellos la tumba definitiva». Ante esto, Aguad pidió disculpas: «Si eso le causó un gran dolor, le pido disculpas. No quise que ustedes se ofendieran». Y Vallejos lanzó: «Siempre nos ofendió, desde el día uno hasta el día de hoy».

Aguad recordó que le pidieron «que no deje de aceptar la búsqueda que venga de afuera» y destacó que, además de ayuda por parte de Rusia, por primera vez en más de 30 años, la armada inglesa piso suelo argentino.

La hermana del oficial segundo dijo también que desde el 15 de noviembre su vida «está parada» e invitó al ministro a que vaya a ver cómo se vive en la base militar. Frente a este asunto, Aguad aclaró que los familiares que viven allí lo hacen por elección dado que cuentan con dos hoteles pagos donde pueden vivir en Mar del Plata y que, sumado a eso, reciben becas, los sueldos de los tripulantes y ayuda económica.