Desde que Matías Caruzzo mandó a guardar el último penal que le dio a Central la victoria ante Almagro por Copa Argentina, comenzaron las especulaciones con respecto a cómo, cuándo, y sobre todo dónde se jugará el partido más atractivo de los cuartos de final de la competición, que cruzará nada menos que al Canalla con Newell’s.
Las posibilidades, hoy por hoy, ponen en lo más alto de la lista a la ciudad de Santa Fe (posiblemente en el estadio de Colón), y en segundo lugar aparece Rosario, lo que obligaría a sortear la localía entre los equipos.
En cualquiera de los dos casos, la idea sería contar con ambas parcialidades en el estadio. Sin embargo, si se decide que el clásico se dispute fuera de la provincia, la presencia de los hinchas es una incógnita y todo parece indicar que la balanza se inclinaría por el “no”, por lo que habría grandes chances de que el cotejo se juegue sin público.
Al respecto de este cotejo, el gobernador de la Provincia, Miguel Lifschitz, calificó a este nuevo clásico como “un gran desafío”, aunque no quiso aventurarse con ninguna declaración porque «aún hay que esperar la determinación que baje desde la organización» de la Copa Argentina.
“A estos desafíos, en algún momento, hay que afrontarlos”, sostuvo el dirigente provincial en diálogo con LT8. “Hay que esperar para ver cuál es la decisión que toma la Copa Argentina. En cualquier caso, nosotros vamos a tomar todos los recaudos que sean necesarios para evitar hechos de violencia”, apuntó.
“Cuando hay responsabilidad de las dirigencias y de los organizadores, se pueden ordenar eventos de todo tipo. Nosotros podemos garantizar la seguridad, pero está claro que la situación no es la ideal. Son muchos años de jugar sin visitantes, y a estas cuestiones hay que ir graduándolas de a poco”, continuó Lifschitz.
Por último, sentenció: “No queremos tomar una decisión política sobre un tema que es estrictamente deportivo”.