El jefe de la narcobanda «Los Monos», Ariel Máximo «Guille» Cantero, quedó más cerca de enfrentar un nuevo juicio oral por amenaza telefónica a un juez, hecho por el cual un fiscal pedirá siete años y medio de prisión, informaron hoy fuentes judiciales.
Cantero está imputado de amenazar al juez penal de Rosario Edgardo Fertita, a través de una llamada telefónica realizada en agosto de 2016 desde el penal de Rawson, donde estaba detenido.
El líder de «Los Monos» fue condenado en abril del año pasado a 22 años de cárcel como organizador de una asociación ilícita y por un homicidio, mientras que la Justicia Federal lo sentenció a 15 años por tráfico de estupefacientes.
El fiscal de la causa por amenazas, Fernando Dalmau, adelantó durante una audiencia preparatoria del juicio oral que pedirá siete años y medio de prisión por el delito de coacción agravada, indicaron las fuentes.
Sin embargo, el abogado defensor de Cantero, Fausto Yrure, planteó que se encuadre la acusación como amenazas simples, que tiene una pena en expectativa menor a la elegida por el fiscal.
«La jueza tiene que resolver si acepta el planteo del fiscal, que también admitió subsidiariamente como acusación alternativa mi postura, o si el hecho se encuadra como amenaza simple», dijo Yrure a Télam.
Según la investigación, el 19 de agosto de 2016 «Guille» Cantero llamó desde el penal de Rawson, donde cumplía prisión preventiva, al juzgado de Fertita.
El juez había rechazado un pedido de su defensa para que fuera trasladado a una cárcel de la provincia de Santa Fe, cerca de su familia.
El llamado lo atendió una empleada del juzgado, quien le explicó que el magistrado no estaba.
De acuerdo a la investigación, unos 20 minutos después volvió a llamar y ante la misma respuesta Cantero dijo: «Decile que se meta el traslado ya sabe dónde y que lo voy a matar».
Fertita radicó la denuncia y se pudo comprobar que las llamadas fueron realizadas desde el penal de Rawson y las cámaras de seguridad de la prisión muestran a Cantero utilizando el teléfono a esa hora.
«El fiscal plantea que la amenaza fue para obtener una concesión a futuro, pero el juez (Fertita) dijo que (el pedido de traslado) era una cuestión ya resuelta, que ya había decidido», explicó el abogado de Cantero.
«Nuestra posición es que, en el mejor de los casos, se trató de un descontento por algo que ya había salido mal, por lo cual se aleja de la figura de amenaza coactiva dirigida a un juez», añadió Yrure.
Por su parte, la jueza Castelli debe resolver el encuadre en los próximos cinco días y luego realizar la clausura de la instrucción y el pase a juicio para avanzar hacia un proceso oral.