Por Ariel Gómez
El huracán rojo (Alejandro Horowicz-Crítica)
Las revoluciones han sido una constante en la historia universal. En este caso, podríamos decir que fue la búsqueda de cambios sociales y políticos en determinadas estructuras. Alejandro Horowicz, ensayista y doctor en Ciencias Sociales, conecta las revoluciones de Francia y Rusia para escribir una historia general del cambio social. El hilo rojo se despliega desde la París alzada contra la monarquía en el siglo XVIII hasta los soviets de obreros y campesinos en Petrogrado en el siglo XX.
Autor del clásico «Los cuatro peronismos» (1985), Horowicz le da vida a este libro tras siete años de lectura y de escritura, pero con 40 años de vida intelectual y política, en el que reconstruye con minuciosidad el doble poder tanto en Francia como en Rusia y demuestra que la legitimidad del movimiento revolucionario organiza la acción colectiva que transforma la sociedad. Así, la historia recupera su hilo y se convierte en revolución, y examina el antiguo régimen monárquico, la toma de la Bastilla, el nacimiento de la república y la democracia, las peripecias del Manifiesto Comunista, los grandes debates del socialismo ruso y la caída de los zares.
Para el autor “nada de lo que existe hoy es imaginable sin estas dos revoluciones. Desde la democracia política, hasta los sindicatos. De las corrientes feministas, hasta las movilizaciones populares en defensa de los derechos conculcados, son invenciones del presente que recrean, de alguna manera, los problemas irresueltos de esas viejas revoluciones”.
El huracán rojo no es una visita al museo de las revoluciones. Por el contrario, Horowicz discute a los que estudian la revolución tricolor y la roja como parte de un panteón momificado. En este libro, la revolución se lee en tiempo presente: el autor sostiene que ni la democracia política, ni la increíble transformación tecnológica, ni la reducción de la jornada laboral o la educación de masas pueden concebirse por fuera de un proceso que arranca antes de 1789, en Francia, y se prolonga más allá de 1917, en todo el planeta.
Bombo, el reaparecido (Mario Santucho – Seix Barral)
Julio Ricardo Abad nació a mediados del siglo XX en una comarca azucarera de Tucumán. Pero nadie lo conocía por su nombre. Desde chico lo llamaron Bombo Ávalos y antes de cumplir dieciocho años se enroló en el Ejército Revolucionario del Pueblo, formando parte de la Compañía de Monte. Allí recibió el nombre de guerra Armando y alcanzó el grado de capitán. Fue uno de los combatientes más buscados y, durante mucho tiempo, de los más escurridizos. En 1976 los militares lograron secuestrarlo y nunca más se supo de él.
Mario Santucho es periodista e hijo del líder y referente del Partido Revolucionario de los Trabajadores, muerto en 1976. Un día le llegó un dato que lo impactó: el Bombo Ávalos estaba vivo, y había estado en Santa Lucía, su pueblo natal. A partir de allí convierte ese dato inesperado en una investigación, intenta reconstruir una historia que conocía (ahora a medias), pero que lo interpelaba.
“Por qué tanta obstinación con la biografía de Bombo en lugar de reconstruir la epopeya de mi viejo (el famoso) o de mi madre (a quien todavía conozco demasiado poco)”, se pregunta Santucho. La respuesta está en una aguda reflexión sobre la violencia y su espinosa relación con la política. “La violencia que ya fue, es decir, la lucha armada. La que persiste pese a los esfuerzos por barrerla bajo la alfombra. La que vendrá y no sabemos cómo”. Bombo Ávalos no fue un referente o alguien reconocido de la lucha armada y el misterio agigantó su mito. ¿Era él el que apareció en Santa Lucía?. Y si lo era, ¿qué había pasado en esos casi cuarenta años?
Nacido en Buenos Aires en 1975, Santucho creció en Cuba, donde transcurrieron sus primeros dieciocho años de vida. A su regreso al país estudió Sociología en la Universidad de Buenos Aires y desde entonces se dedica a la investigación política. Integró el Colectivo Situaciones, donde participó en la escritura de varios libros, entre ellos 19 y 20. Apuntes para el nuevo protagonismo social. En la actualidad es editor de la revista Crisis.